Un país permanentemente amenazado por los seísmos
Irán se halla en una zona de gran actividad sísmica: la placa tectónica arábiga ejerce una presión hacia el norte sobre la euroasiática a una velocidad de dos a tres centímetros por año.
Las placas tectónicas son los enormes bloques rígidos que forman la corteza terrestre y cuyos movimientos relativos dan lugar a los choques y deslizamientos que causan la actividad sísmica. Esto ha originado fuertes terremotos con decenas de miles de muertos en el pasado más reciente.
El Gobierno de Teherán admitió que al menos 32.000 personas perdieron la vida y cerca de 100.000 resultaron heridas en el terremoto ocurrido el 21 de junio de 1990 en las provincias de Gilan y Zanyan, al noroeste del país. Con una intensidad de 7,7 en las escala de Richter, el seísmo duró unos segundos y arrasó 27 pueblos y 1.871 aldeas.
El 11 de junio de 1981, en la misma provincia de Kerman en la que ayer perecieron miles de personas, otra violenta sacudida destruyó el 95% de la ciudad de Golbaf y causó más de mil muertos y miles de heridos. Apenas habían tenido tiempo de enterrar a los familiares cuando el 28 de julio de 1981 otro temblor de entre 6,5 y 7 grados en las escala de Richter volvió a sembrar el horror, el pánico y la muerte en esa misma provincia. El epicentro se situó en la localidad de Andujerd. Unos 2.000 kilómetros cuadrados resultaron afectados, lo que provocó, al igual que en el terremoto del mes anterior, decenas de muertos en la capital provincial, Kerman, además de numerosos daños materiales.
Edificios débiles
El reguero de muertos por la actividad telúrica en Irán es constante. Rara es la década que tiene menos de un centenar, pero como ha puesto de manifiesto el ocurrido ayer, muchas de las víctimas se producen debido a la deficiente construcción de las viviendas. Una práctica que se repite y que los iraníes parecen aceptar con resignación. Tras cada desastre y la pérdida de decenas de miles de hogares, los damnificados vuelven a la zona y los reconstruyen de forma precipitada y sin medidas antisísmicas. Son, también, zonas de gran pobreza y escasos medios.
El último terremoto fuerte, que causó alrededor de 230 muertos, se produjo en el 22 junio de 2002 en las regiones orientales de Qasvin y Hamedan. Apenas cinco años antes, el 10 de mayo de 1997, otro temblor causó 1.600 muertos la región oriental de Birjand y tres meses antes, el 28 de febrero de 1997, otra sacudida en la región noroccidental de Ardebil dejaba otro millar de muertos.
Los geólogos aseguran que el movimiento de estas placas es constante desde hace 70 millones de años. Se produjo una mayor aceleración en el periodo comprendido entre hace 40 y 30 millones de años y aunque ahora la deriva de las placas es más lenta no deja de producir choques frecuentes que resultan mortales.
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