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PALEONTOLOGÍA | Divulgación

Una muestra en Asturias presenta los fósiles hallados en el túnel del Fabar

Un inesperado y rico yacimiento de fósiles de hace entre 457 y 490 millones de años fue recuperado para la ciencia durante la excavación del túnel del Fabar, de la autovía del Cantábrico. Son fósiles de 200 especies distintas, 14 de ellas nuevas para la ciencia, de trilobites, graptolitos, moluscos, braquiópodos y equinodermos, que se fueron rescatando a medida que se perforaba la montaña y sin interferir con las obras, que duraron seis meses. Ahora, ese botín paleontológico se refleja en la exposición Un tesoro geológico en la autovía del Cantábrico, que acaba de ser inaugurada en Ribadesella, donde podrá visitarse hasta el 30 de septiembre de 2004. Después la exposición se desplazará a distintos lugares de España y Portugal.

Las investigaciones geológicas paleontológicas fueron dirigidas por Juan Carlos Gutiérrez-Marco, del CSIC, que aprovecho la exposición de roca subterránea debida a la perforación, que extrajo un cuarto de millón de toneladas de antiguos sedimentos marinos. La obra duró seis meses, y los científicos explican ahora que cada día se perforaba en la montaña el equivalente a más de 200.000 años de tiempo geológico de la era del ordovícico. La importancia del yacimiento, asociado a la obra civil, ha motivado que se rebautice la perforación, que se llama ahora túnel Ordovícico del Fabar. La revista Science se hace eco en su último número de los hallazgos del túnel.

La exposición de Ribadesella, coordinada por el Museo Geominero del Instituto Geológico y Minero de España, se divide en dos salas. Una de ellas se dedica a la construcción del túnel, al periodo ordovícico obra y a la geología de la zona. La otra muestra los hallazgos científicos: los fósiles marinos, los fósiles microscópicos y las huellas fósiles dejadas por los organismos.

Además de los fósiles, los científicos destacan otros hallazgos en la excavación del túnel. Encontraron, por ejemplo, el petróleo más antiguo de Europa centro-meridional, que no tiene posibilidades de explotación comercial, pero sí importancia geológica para ahondar en el conocimiento de la historia de la Tierra. Sí que tienen una perspectiva económica directa las capas de rocas identificadas con caolín, fosfatos y hierro sedimentario, advierten los investigadores.

Otra sorpresa ha sido el rastro de los efectos de un tsunami que concentró los restos de miles de millones de conchas marinas en los sedimentos, señalan los científicos. También han visto la huella de "la erupción volcánica más grande de todos los tiempos registrada en suelo español".

Un trilobites fósil (Placoparia), enrollado en posición defensiva, tras resultar enterrado vivo.
Un trilobites fósil (Placoparia), enrollado en posición defensiva, tras resultar enterrado vivo.IGE (CSIC)

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