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La cumbre de Milán debate el desarrollo del Protocolo de Kioto después de 2012

La reunión estudia la limitación de emisiones por sectores económicos en países en desarrollo

Aunque aún no haya entrado en vigor el Protocolo de Kioto, su primer plazo de cumplimiento se echa encima (2008-2012) y muchos países, entre ellos los europeos, se preparan para cumplirlo. Pero los implicados en las medidas para hacer frente al cambio climático tienen ya la vista puesta más lejos: ¿después del Protocolo de Kioto, qué pasará?, o más exactamente: después del primer periodo de cumplimiento, ¿qué hacer para avanzar en la contención de las emisiones, que debe ser mucho más drástica que ahora para que sea efectiva? En el marco de la cumbre del clima de Milán se debatieron las perspectivas de desarrollo del Protocolo de Kioto, cuyo sexto aniversario (se aprobó el 11 de diciembre de 1997) se celebró ayer, con tarta incluida, en la reunión internacional.

El sistema actual del Protocolo, que asigna exclusivamente límites de emisiones a cada país desarrollado, no tiene perspectivas de supervivencia más allá de 2012. En esto están de acuerdo prácticamente todos los expertos, técnicos y políticos. La cuestión es explorar otras posibilidades. Limitaciones de emisiones por sectores económicos, contabilización de volumen de contaminación per cápita, metas escalonadas o metas dinámicas que se vayan reconfigurando en función de la evolución de las mismas son algunas de las ideas en estudio, o la combinación de varias de ellas.

"Hay que explorar nuevas fórmulas", explicó a EL PAÍS el diplomático argentino Raúl Estrada, que fue el negociador del Protocolo de Kioto y es considerado uno de sus progenitores, si no el padre. "Una cosa que haría es extender el periodo de cumplimiento, porque ahora son cinco años, pero se fijó en 1997 para 2008-2012, lo que daba a los países un margen para prepararse, margen que no existiría con vistas a 2013. Lo esencial para el próximo período es cambiar el sistema actual de límites a las emisiones", dijo Estrada, "porque no sirve para todos los países".

Esto acarrea una necesidad ineludible ante el futuro: algunos países en desarrollo, con crecimiento económico rápido y aumento de emisiones muy importante, deben asumir algún compromiso de contención de las mismas que ahora no tienen. Es una exigencia reiterada por EE UU y Rusia, reconocida por otros países desarrollados y recordada por los científicos. Es obvio que en el punto de mira no están todos los países en desarrollo, sino los gigantes como China, Brasil, Indonesia o India.

El Centro Pew para el cambio climático global, una institución independiente estadounidense, ha preparado un informe sobre Kioto después de 2012 con las aportaciones de numerosos expertos y reuniones de trabajo, y lo presentó ayer en la cumbre de Milán en un debate con varios ministros, representantes de sectores económicos y ecologistas. Una arquitectura flexible para establecer compromisos de acción ante el cambio climático, el reconocimiento de que es un problema económico y no sólo medioambiental y la implicación directa del sector privado fueron algunas ideas debatidas.

Los objetivos de contención de emisiones por sectores serían viables para los países en vías de desarrollo en el futuro, señalaron los expertos. Se pueden fijar, apuntaba Estrada, objetivos de eficiencia energética "estableciendo, por ejemplo, equis toneladas de emisión de carbono por tonelada producida de acero o de cemento, o toneladas de metano (que luego se traduce a CO2) por tonelada de carne y leche producida, o cantidad de CO2 por tonelada transportada por vía terrestre". Los países en desarrollo acabarán comprometiéndose, señaló el diplomático argentino, con un sistema diferente al actual y siempre y cuando reciban ayuda tecnológica y recursos económicos.

La distribución sectorial de objetivos, algo en lo que lleva un tiempo trabajando la OCDE, también sería válida para los países desarrollados, muchos de los cuales se encontrarán en 2012 con que han alcanzado el tope de reducción de emisiones con el sistema actual y tendrán que afinar mucho más sus estrategias para ir más lejos. Lo que quedó claro desde el inicio del Protocolo es que los objetivos iniciales sólo son un primer paso hacia una necesaria contención de emisiones mucho mayor.

Otro experto en el Protocolo es el diplomático suizo José Romero. "Si nos atenemos a la experiencia de Kioto, hay que tener en cuenta la aceptación política que puedan tener las diferentes opciones para definir objetivos de reducción", dijo.

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