_
_
_
_
_
RADIOGRAFÍA DE LAS CARRETERAS DE ACCESO A LA CAPITAL / 4

Trasiego de volquetes

8.00 La carretera nacional III (Madrid-Valencia), en sentido Madrid, se encuentra a esta hora matutina despejada a la altura del mojón que marca el punto kilométrico 28. Coincide con la incorporación lateral a la gran ruta de un cambio de sentido que procede y conduce a Arganda y Morata de Tajuña, a 3 y 13 kilómetros de distancia, respectivamente. 8.01. Un sol de cobre hirviente que despunta entre nubes negras hiere desde el retrovisor la mirada del conductor que, a una velocidad de 100 kilómetros a la hora, avanza hacia la capital en su automóvil. En la gran recta tras Arganda, la marcha sube a los 120 kilómetros a la hora. 8.04. La ruta comienza a verse inundada de camiones con volquetes que recorren la vía veloces y muy sueltos, por los carriles de la derecha, licencia que demuestra la abundancia de portes industriales, de construcción y vertidos a lo largo de esta ruta. En numerosas ocasiones adelantan a los turismos con una pericia especial. Numerosas obras iniciadas se despliegan por las inmediaciones, hecho que quizá explica la presencia de los grandes vehículos. 8.06 El paisaje se muestra escarchado, bajo pequeños olivos a ambos lados de la carretera. La temperatura es de un grado y crece a un ritmo de un grado cada cuatro kilómetros, aproximadamente. Jirones de nubes como de gasa se confunden con los humos que llegan desde la incineradora de Valdemingómez y que impregnan la atmósfera de un olor a goma, penetrante y repulsivo, a lo largo de la carretera. 8.08 Más adelante afluyen muchos automóviles más; pese a ello, los dos carriles de la vía no impiden que la media de velocidad pueda mantenerse a 85 kilómetros por hora, de tal manera que todo el recorrido puede realizarse sin ninguna detención completa. 8.11 Los adensamientos reducen a 65 kilómetros la marcha, pero no la merman. Ni siquiera al cruzar la urbanización Santa Eugenia, con sus accesos de entrada y salida plenos. 8.13. Al llegar a la cuesta de Moratalaz, todo indica que va a sobrevenir un parón. Pero no hay tal. La marcha prosigue algo retardada, pero sin detención alguna. 8.15 Tampoco en el ramal de incorporación a la M-30, donde una hilera de coches circula a baja velocidad, pero no se detiene su fluir. 8.17 La vía sólo se tapona en las inmediaciones de la plaza del Conde de Casal, donde el ramal lateral derecho de acceso es un auténtico cerrojo: cada automovilista puede consumir hasta seis minutos ahí. Han sido 28 kilómetros, en los cuales, hasta el tapón de esta plaza, el vehículo ha empleado 18 minutos.

Más información
La N-III es la autovía más rápida de entrada a Madrid
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_