El Ciemat detecta en Palomares más plutonio del esperado
El Consejo de Seguridad Nuclear propone retirar la tierra donde cayeron dos bombas H
El Consejo de Seguridad Nuclear ha ordenado que se mantengan intactos los suelos donde cayeron dos de las cuatro bombas de hidrógeno que llevaba un bombardero B-52 al chocar con otro avión nodriza sobre Palomares (Almería) en enero de 1966. Los propietarios de las tierras afectadas por radiactividad han solicitado su puesta en valor. Pero no podrá ser, de momento, porque los últimos inventarios sobre radiactividad elaborados por el Ciemat han detectado niveles de plutonio muy superiores a lo esperado.
El informe del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) sobre vigilancia de la radiactividad ambiental en 2002 remitido a las Cortes es contundente: "El inventario de plutonio remanente en la zona de máxima con contaminación residual es superior al inicialmente estimado".
El área a que se refiere el CSN son zonas donde cayeron las bombas número 2 y número 3, de las cuatro que se desprendieron del bombardero norteamericano el 17 de enero de 1966. Las número 1 y 4 cayeron íntegras; una en tierra firme y la última fue localizada tres meses después en el mar.
El ejército norteamericano retiró 5.500 bidones de tierra contaminada en las inmediaciones de los boquetes dejados por las bombas 2 y 3 al desprenderse material explosivo de sus detonadores. En total se trasladaron a Estados Unidos para su descontaminación 1.129 toneladas de tierra.
Al día de hoy todavía hay restos de plutonio en tres kilómetros cuadrados de terreno en la pedanía de Palomares, según el Centro de Investigaciones Energéticas Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat). Este organismo solicitó al Consejo de Seguridad Nuclear un informe sobre las medidas que se debían adoptar ante la presión de los propietarios de las parcelas para ponerlas en valor, a la vista de la presión urbanística y agrícola que se vive en la zona.
Uso de terrenos
En una comparecencia ante la Comisión de Economía del Congreso celebrada la semana pasada, técnicos del CSN han declarado que la utilización de nuevas técnicas de medición del inventario radiológico de la zona, por parte del Ciemat, ha revelado la afloración de contaminación de plutonio en valores "bastante superiores" al inventario anterior. Por este motivo planteaba la necesidad de "limitar y restringir el uso de los terrenos donde impactaron las bombas". Ni el Ciemat ni el CSN han facilitado, al ser requeridos, los valores del nuevo inventario de partículas radiactivas de plutonio sobre el suelo de Palomares. El Ciemat respondió a este diario que esa información pertenece al CSN. Y el portavoz de este organismo ha rehusado facilitarla, no sin antes ratificar la versión de los técnicos ante el Congreso y añadir que el CSN está a la espera de recibir los resultados de un último inventario realizado por el Ciemat durante los tres últimos meses para cuantificar la radiación remanente de plutonio en Palomares.
Según las manifestaciones de los técnicos ante el Congreso, el trabajo, "bastante bueno", realizado por la Universidad Autónoma de Barcelona, colaboradora del Ciemat, sobre el placton marino indica unos niveles de contaminación "nada preocupantes porque el ser humano ni come placton ni come sedimentos; es una contaminación que no se incorpora a la cadena alimentaria". Pero no opinan lo mismo sobre la contaminación terrestre, la que aflora en los terrenos donde impactaron dos de las cuatro bombas.
El diputado socialista por Guadalajara Francisco Javier García Breva destaca la preocupación expresada por los directivos del Consejo de Seguridad Nuclear en relación con este asunto.
Según García Breva, el Consejo de Seguridad Nuclear trasladó los datos sobre los nuevos valores de plutonio "y sus hijos" a varios ministerios del Gobierno. Y al ver que nuevos estudios realizados a lo largo de este año los confirmaban, "los departamentos ministeriales y el Gobierno están tomando las medidas pertinentes para limitar los usos del suelo y poner en marcha un programa intensivo de vigilancia".
El consejo plantea desarrollar un programa de descontaminación mediante la retirada de tierras con altos niveles de radiactividad y restaurar los terrenos, pero no se conocen sus detalles.
Jesús Caicedo Bernabé, alcalde de Cuevas de Almanzora, de quien depende la pedanía de Palomares, se muestra profundamente irritado y harto de que se propaguen este tipo de noticias, porque, según él, "perjudican la buena imagen de los productos agrícolas de su municipio y su expansión urbanística".
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