Lula unifica todos los programas para la lucha contra el hambre en Brasil
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que al llegar al poder anunció que su mayor ambición era que todos los brasileños pudieran comer tres veces al dia, en su campaña Hambre Cero, ha conseguido a los nueve meses de su mandato unificar todos los programas sociales.
Con ello Lula quiere beneficiar con una ayuda de entre 15 y 30 euros mensuales a 11 millones de familias, es decir, a unos 50 millones de pobres, hasta 2006. El presupuesto de su Gobierno para este año ha supuesto un aumento del 65% en relación con el del año pasado, con un total de 15.000 millones de euros. Desde Washington, el presidente del Banco Mundial (BM), James D. Wolfensohn, participó en el acto por videoconferencia.
Lula afirmó ante numerosos gobernadores y autoridades presentes en el acto en Brasília: "Los 50 millones de brasileños que sobreviven por debajo del umbral de la pobreza tienen derecho a una vida digna. Es necesario tender un puente entre esos dos mundos y el nombre de ese puente se llama oportunidad".
El desafío de Lula no ha estado, sin embargo, exento de críticas. Hay quien, incluso dentro de su partido, el PT (Partido de los Trabajadores), hubiese preferido una acción menos asistencial y más basada en la creación de empleo.
Precisamente ayer, una encuesta del Banco Interamericano de Desarrollo divulgó unas cifras preocupantes: el desempleo actual en el continente latinoamericano es el más alto de los últimos veinte años, y en esas cifras Brasil está situado a la cabeza del continente.
Lula, sin embargo, considera su programa contra el hambre, no sólo en Brasil, sino en todo el mundo, como la única guerra digna de ser declarada. "El nombre de la paz", dijo, "es el de la justicia social, y la guerra contra el hambre, ésa sí es una guerra por la que vale la pena luchar", afirmó Lula.
