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Ni plagas ni hongos

La ausencia de humedad, derivada del magro régimen pluviométrico registrado el pasado verano, propició el microclima ideal para el proceso de maduración de la uva. El grano creció libre de podredumbre y, además, inmune a los ataques de plagas y hongos. Todo ello hizo innecesario el tratamiento de los viñedos a base de productos fitosanitarios.

El resultado del proceso de maduración de la recién campaña vitivínicola ha sido un grano rico en azúcar y, por tanto, con una elevada graduación.

No obstante, la prolongada ola de calor que ha azotado los campos durante el último estío ha terminado por generar un impacto negativo en algunas explotaciones. Esta circunstancia ha llevado a rebajar las expectativas iniciales manejadas por los sindicatos agrarios.

De cumplirse las estimaciones, la facturación media de los viñedos valencianos alcanzará este año los cien millones de euros. En 2000, según los últimos datos facilitados por la Consejería de Agricultura a la Unió de Llauradors, se recaudaron más de 91 millones de euros por la cosecha de los viñedos valencianos.

La Comunidad Valenciana es la cuarta autonomía en producción nacional de vino, solo superada en la estadística por Castilla-La Mancha, Cataluña y Extremadura.

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