"Los españoles en Bagdad son objetivos privilegiados"

Siempre ha sabido que los españoles destinados en Irak eran blancos privilegiados. El diplomático Fernando Valderrama (Tetuán, 1951) estuvo en Bagdad desde el verano de 2000 hasta octubre de 2002 como encargado de Negocios de España en Irak. Hasta que dimitió. Precisamente porque discrepó con el Gobierno sobre la guerra de Irak. Ahora, está sancionado. Reconocido como un hombre sólido, ha mantenido todo este tiempo sus lazos afectivos con el personal de la embajada en Irak. Conocía a José Antonio Bernal, de quien dice que era un tipo "simpático, muy cumplidor y muy querido por todos". "Y el único abstemio, por eso le hacían bromas". Ayer se mostró irritado por la primera versión del Gobierno que decía que Bernal sufrió un atraco.

Pregunta. ¿Por qué le ha molestado tanto esa versión?

Respuesta. Porque con su preparación, Bernal lo último que hubiera hecho ante un atraco es empezar a correr. Les hubiera entregado todo y punto. Bernal era siempre el que más precauciones tomaba porque era el que vivía más lejos. La Oficina de Información Diplomática (OID) no tuvo la menor duda desde el principio de que era un asesinato. Ocurre que el Gobierno siempre quiere negar la evidencia aún a costa de la reputación de una persona o de un organismo como la OID.

P. ¿A qué evidencia se refiere?

R. Que los españoles son objetivo privilegiado, junto a norteamericanos e ingleses. Lo que pasa es que los españoles ahora son los que menos protección tienen. De hecho, Bernal se pagaba de su bolsillo escolta para ir desde su casa a la embajada. Como el resto del personal.

P. ¿Sabe cómo están ahora los compañeros de Bernal?

R. Destrozados. Aparte de que este suceso es como una comprobación, porque hasta ahora, se engañaban sobre su seguridad, por ellos mismos y por sus familias. Es todo un poco sórdido. Resulta que en la actualidad hay más geos en Argel, que es un balneario comparado con Irak.

P. ¿Cómo percibe el futuro más próximo en Irak?

R. No veo ningún dato positivo sobre la mesa. Y en los últimos diez días, las cosas han ido a peor.