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Columna
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Una mujer de Menorca

Una mujer joven murió en Menorca a finales de 1889. La noticia es tan común y remota que podría parecer una provocación. Un humilde atentado contra el periodismo, que es actualidad y reflexión sobre esa actualidad. Además, el hecho ni siquiera fue noticia en su tiempo porque entonces, lamentablemente, morían muchas mujeres jóvenes y muchos niños recién nacidos. Mujeres que murieron hace mucho y que nadie se acuerda de ellas. Han pasado demasiados años y también han muerto sus hijos, sus nietos, todos los que aún las podían recordar.

Pero esa mujer de la que hablo ha vuelto a ser extraña novedad y eso que no existe ninguna imagen suya, ningún retrato. Tampoco vive nadie que puede recordar su voz. Todo es, pues, silencio en torno a una joven cuya breve vida se extinguió hace más de 113 años en Es Migjorn Gran, una pequeña villa poblada por artesanos del calzado.

La sombra de esa mujer, sombra entre las sombras, iluminó inesperadamente el televisor el sábado 4 de octubre, en uno de los pocos programas que aún merece la pena ver: Informe Semanal. El aura secreta de aquella mujer balear, su pequeño mundo rural, sobrevoló la pantalla electrónica. Y lo hizo desde la voz emocionada y contenida a un tiempo de un anciano, su hijo, que ya es el hombre más viejo del mundo, un menorquín que cumplirá 114 años el próximo día 15 de diciembre. Un hombre que nunca pudo recordar a su madre porque ella murió pocos días después de que él naciese.

Pero aún sin rostro y sin palabras, como una leve luz mediterránea, esa mujer, de algún modo, volvió a la vida y lo hizo desde el anhelo imposible de su hijo: haber podido verla. Así nació la noticia y así aquella mujer isleña se hizo misterio en la noche, y habitó entre nosotros. Pasó por nuestro cuarto de estar como un fuego muy puro, venido desde una memoria que ya no lo es, desde un sueño herido, desde el corazón de un hombre bueno de Menorca, Joan Riudavets Moll, enjuto caballero cordial y republicano, amigo de la música y del ciclismo, hijo de una madre que sólo fue niebla. Perdurable niebla.

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