Un instante de juego en Son Moix

Mallorca y Osasuna igualaron a uno en un partido que se cerró con dos goles, dos fogonazos aislados, tras ochenta y cinco minutos de desafortunado juego y escasísimas opciones. Tomeu Llompart, técnico de circunstancias del equipo balear y hombre de la casa, revolucionó la alineación inicial del Mallorca en busca de una mejoría que no acabó de llegar. Lejos de provocar el enfado del público, la espantosa primera mitad sólo sirvió para sembrar de bostezos el graderío.

En los compases iniciales el Mallorca trató en vano de cercar la meta de Sanzol y luchó por hacerse con el control del juego. Al poco tiempo, no obstante, los jugadores baleares se dieron cuenta de que no querían el balón. No sabían qué hacer con él. Insospechadamente, Osasuna se había topado con un rival atenazado que le cedía la iniciativa en su propia casa. Pero, para no ser más, los navarros renunciaron igualmente al honor de conducir el partido a buen puerto. Así transcurrieron los primeros 45 minutos, con dos equipos quitándose de encima el balón, mediante constantes interrupciones en forma de faltas y vergonzosos pases al bulto.

La maraña de jugadores que se formó en torno al círculo central sólo se deshizo tras el descanso. Y fue Osasuna quien puso lo necesario para que se comenzara a ver algo de fútbol en Son Moix. Las carreras de Bakayoko y el buen criterio de Puñal como correa de transmisión activaron el juego. Los baleares se acercaron también a la portería -Eto'o envió un balón al palo- y protestaron un claro agarrón a Niño en el área pequeña. El encuentro se resolvió finalmente de la manera más inesperada: se adelantó el Mallorca con un soberbio testarazo de Nadal, y empató Osasuna en la siguiente jugada, culminada por el camerunés Webo con una espectacular volea. Dos acciones fugaces y encadenadas que elevaron el bajo perfil futbolístico del partido, aunque no modificaron un desenlace tristemente previsible desde el primer minuto. Osasuna mantiene su racha de juego y resultados y el Mallorca se da un levísimo respiro en espera de la resolución sobre el nuevo entrenador.