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Las manifestaciones de la edad y las patologías de la vejez no deben confundirse

A menudo se achaca a la edad la falta de memoria y el bajo estado de ánimo. En muchas ocasiones se supone que la una está en función de la otra; la depresión es consecuencia de una mala memoria. Recientes estudios muestran que entre la población mayor se da un elevado porcentaje de depresión y lo que es más grave, en muchos casos ésta desemboca en dificultades de memoria incluso en demencia. Esto es algo que los profesionales, responsables de este curso de verano, han constatado en su experiencia a través del programa de entrenamiento de memoria que llevan a cabo. Según Mª del Carmen Requena, profesora del Departamento de Filosofía y Ciencias de la Educación de la ULE, autora del programa 'Memoria Mejor', que desde el año 2001 viene desarrollándose desde la Concejalía de Bienestar Social del Ayuntamiento de Ponferrada, con el objetivo de favorecer el entrenamiento de memoria en las personas mayores. Una decena de catedráticos y especialistas en el área de la psiquiatría debatirán acerca de las últimas aportaciones científicas sobre la memoria y la importancia de las emociones en las personas mayores. De ello se encarga el curso de verano de la Universidad de León que se celebrará entre los días 23 y 29 de septiembre, en el que la estimulación cognitiva y la mejora del estado de ánimo de las personas mayores, configuran los principales aspectos a analizar y debatir.

Debate en el que no faltarán referencias a Guy M. Mackhann, quién aseguró hace un año, tras un estudio con población mayor que, hay posibilidad de neurogenesis, nuevas neuronas, en los cerebros de las personas mayores. Así lo pudieron constatar en su estudio. Observaron que las personas mayores que: están físicamente activas, están mentalmente activas y mantienen una imagen positiva de sí mismos mantienen una gran calidad de vida.

La ONU trató de arrojar nueva luz sobre el asunto en su Asamblea sobre la Tercera Edad en Viena, 1982, cuando afirmó que: "En las últimas décadas se han ampliado considerablemente los conocimientos sobre el proceso de envejecimiento y las consecuencias funcionales del envejecimiento fisiológico en las personas, tanto en lo que se refiere al estado de salud como a las necesidades de una ayuda social y/o médica de la vejez. Esta información también ha mejorado las posibilidades de distinguir entre las manifestaciones de la edad y las manifestaciones patológicas en la vejez. Gracias a ello, ahora se puede combatir la anterior tendencia a considerar el envejecimiento como sinónimo de enfermedad".

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