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Los sondeos pronostican una segunda vuelta en la elección de Buenos Aires

Kirchner intenta colocar a su candidato frente al popular directivo de fútbol Macri

El presidente argentino, Néstor Kirchner, se sometía ayer, de forma indirecta, a su primer examen electoral en dos de los distritos que deben renovar sus propias autoridades en los próximos tres meses. En el más importante, la Capital Federal, su candidato Aníbal Ibarra, un superviviente de la Alianza de centroizquierda que lideró el ex presidente Fernando de la Rúa, se postulaba a la reelección como jefe de Gobierno frente al opositor Mauricio Macri, de una coalición de centroderecha.

Las encuestas realizadas a pie de urna confirmaban ayer por la tarde los sondeos previos. Ninguno de los dos candidatos a jefe de Gobierno de Buenos Aires, el presidente del Boca, Mauricio Macri, y Aníbal Ibarra, que aspira a ser relegido en el cargo, lograba en principio el 50% de los votos favorables necesarios para consagrarse. Sólo una diferencia estimada entre siete u ocho puntos de ventaja del ganador al segundo podría evitar que se dispute la segunda vuelta electoral prevista para el próximo 14 de septiembre.

A media tarde, la jornada de votación transcurría sin que se reportaran incidentes graves en las 6.688 mesas habilitadas para recibir el voto de más de 2,5 millones de ciudadanos. Buenos Aires, la capital federal del país, elige por tercera vez su máxima autoridad desde que se reformara la Constitución Nacional en 1994 y fuera declarada ciudad autónoma. El radical Fernando de la Rúa venció en las elecciones de 1996, y Aníbal Ibarra en 1999.

En la provincia de Catamarca, al noroeste del país, el Frente Cívico y Social, integrado por radicales y peronistas disidentes, intentaba retener la gobernación frente a la candidata Liliana Barrionuevo, a la que recurrió su hermano Luis cuando el Supremo provincial le impidió presentarse porque no reunía los requisitos legales.

El apoyo del presidente Kirchner no fue tan explícito en Catamarca. No participó de la campaña electoral personalmente, aunque nadie duda de que sus discursos apuntan siempre contra los partidarios del ex presidente Carlos Menem y los restos del llamado menemismo. Luis Barrionuevo, capo del sindicato de los gastronómicos, es un caso emblemático entre los sospechosos de corrupción. Se le recuerda por una frase suya que hizo carrera desde que la lanzara como doctrina en un programa de máxima audiencia de televisión. Allí dijo a comienzos de los noventa: "En este país hay que dejar de robar dos años". Barrionuevo es senador y se considera todavía un "ultramenemista". Liliana, la candidata a gobernadora, asegura que es "independiente" de su hermano porque para ella Menem es "el anticristo".

Los Barrionuevo, aliados, apoyados y sostenidos por la familia Saadi, intentan retomar el control de una provincia que administraron durante 40 años como un feudo propio con una política basada en el clientelismo del empleo público.

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El Frente Cívico y Social es una alianza de la oposición nacida a mediados de los años noventa al calor de las marchas del silencio y de la repercusión nacional del crimen de la adolescente María Soledad Morales, por el que resultó finalmente procesado y condenado el hijo de un diputado provincial peronista.

Boca Juniors en las urnas

Antes de jugar su primer derby electoral, el actual presidente del Boca tenía asegurado al menos el empate para convertirse en el verdadero líder que la derecha está buscando. El bulldog, como llaman a Ricardo López Murphy, no da el foco en la imagen de cara nueva que reclama la sociedad. En cambio, el ingeniero Mauricio Macri, de 44 años, heredero de uno de los grupos económicos más poderosos del país y con intereses en toda la región, sólo había participado hasta ahora como empresario en la política.

Los negocios del grupo con el Gobierno de Carlos Menem, como la concesión del servicio de correo, le impidieron participar en la política partidaria. Mauricio optó, a modo de entrenamiento, como candidato en las elecciones del Boca Juniors, uno de los dos clubes de fútbol más populares del país. Fue elegido presidente en 1995 y reelecto en 1999. El segundo mandato de Macri en el Boca le sirvió de plataforma electoral. En medio de la formidable crisis a fines de 2001, Mauricio Macri se presentó ante la sociedad como un extrapartidario, un peronista "independiente".

Las encuestas le eran tan favorables que llegó a considerar su postulación a las presidenciales. Fue entonces cuando le revisaron su pasado empresario y económico que quería ocultar. Astuto, decidió postergar la ambición y optó por disputar el primer partido en casa.

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