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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Animales en verano

Ahora que el verano da paso a distintas formas de ocio sería conveniente reflexionar sobre si estas formas de ocio conllevan una ética y una justicia para todos los implicados. En muchas ocasiones implicamos en nuestros pasatiempos a seres que en absoluto comprenden esos juegos y que ni siquiera han solicitado participar.

Llegadas estas fechas son múltiples las ocasiones en que animales no humanos se ven involucrados, muchos de ellos pagándolo con sus vidas, en nuestros caprichos. La lista es inmensa: desde circos, zoos, parques, toros, fiestas populares... todo vale siempre cuando quien paga las consecuencias no pertenezca a nuestra propia especie.

Las instituciones públicas, lejos de fomentar el respeto y unos derechos mínimos hacia todos los animales, animan a los ciudadanos a participar en actos en donde el maltrato, la tortura, el engaño y la crueldad más absoluta se encuentran presentes. Las corridas de toros, no tienen una tendencia a su desaparición. Es más, en los últimos años hemos visto cómo se restauran o se construyen nuevas plazas, todo ello salido del erario público, por supuesto. Existen contados ejemplos de políticos que se declaran insumisos y no asisten a estos actos. Pero su repercusión no es la deseada.

A los ya tradicionales y caducos circos, en los que aun perdura la hegemonía del ser humano sobre otros animales, se vienen a sumar ahora parques zoológicos y acuarios cada vez más grandes. Lo que parece un lugar idílico para muchos animales constituye en realidad una cárcel en donde esos animales ven frustrados sus derechos más básicos. Lo que para nosotros supone una agradable tarde estival se traduce para ellos en miseria, monotonía y muerte.

Existen países en donde ya no se permiten los circos con animales. En Vitoria-Gasteiz el Síndico ha aconsejado que los circos que utilizan zoos no sean autorizados. Este consejo del síndico constituye un precedente en el País Vasco, en donde existe una Ley de Protección de los Animales que se ignora y se incumple constantemente.

El objetivo del movimiento animalista es que el maltrato animal sea constitutivo de delito. Por supuesto los animalistas somos conscientes de lo que eso significa. Si así fuera hoy las cárceles se encontrarían llenas de criminales. Entendemos que debe existir un proceso, lento (por lo que ello implicaría en nuestra sociedad) pero firme, en la consecución de derechos para todos los animales.

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Un primer paso es no acudir a espectáculos en donde se fuerce a los animales a realizar actos en contra de su naturaleza y su voluntad.

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