Altadis cierra Sevilla y Tarragona, y elimina 743 empleos
La compañía clausurará tres plantas y reducirá 533 puestos de trabajo en Francia
Altadis, resultado de la fusión de la antigua Tabacalera y la firma francesa Seita, cerrará entre el inicio de 2004 y el verano de 2005 las fábricas de Sevilla y Tarragona y suprimirá 743 puestos de trabajo en España, 54 prejubilaciones y los traslados de 179 personas. En Francia se eliminarán 533 trabajos y se cerrarán la factorías de Lille, Morlaix y Tonneis. Tras este recorte, tendrá 10 plantas y dará trabajo a unas 19.400 personas.
Altadis justificó ayer el plan industrial en "el descenso en el consumo de tabaco por un entorno más difícil y el incremento de impuestos en Francia", "una competencia cada vez más fuerte" y el "sobredimensionamiento de la capacidad de producción" del grupo. Estas explicaciones no convencieron a los sindicatos mayoritarios UGT y CC OO, que anunciaron que se opondrán "radicalmente" al plan. La empresa negociará el plan con los sindicatos, al igual que hiciera en 1999 cuando pasó en España de 14 fábricas a ocho. La fusión se cerró en octubre de 2000.
Altadis trasladará la producción de las plantas de Sevilla (cigarrillos negros) y Tarragona (rubios) a Alicante y Logroño, respectivamente. Además, en Cádiz se deja de fabricar cigarros puros y se limita a procesar materia prima. Las plantas de Cádiz y Palazuelo (Cáceres) sufrirán un ajuste de plantilla: un total de 99 trabajadores gaditanos mayores de 53 años serán prejubilados, mientras que otros 87 trabajadores serán trasladados a Alicante. La plantilla de Cádiz quedará reducida a 346 operarios. El coste del ajuste será de 240 millones de euros y la empresa prevé un ahorro de 70 millones de euros anuales hasta 2006.
La dirección de Altadis explica que el ajuste es la continuación del expediente de regulación de empleo que aplicó entre los años 2000 y 2002, y que provocó el cierre de seis de las 14 plantas que tenía esta firma. Tras el nuevo recorte, se quedará con cinco plantas en España: Logroño (cigarrillos rubios), Alicante (cigarrillos negros), Cantabria (cigarros puros), Palazuelo y Cádiz (procesado de materia prima). La planta de Alicante concentrará toda la producción europea de cigarrillos negros de Altadis. La fabricación de cigarrillos rubios y negros de Lille (Francia) se cierra, y se trasladará a Nantes el tabaco rubio y a Alicante, el negro.
En Francia, además, prevé cerrar la planta de cigarros de Morlaix y los procesados de tabaco de Tonneins. Así, en Francia quedarán abiertas, igual que en España, cinco plantas: Nantes y Riom, para cigarrillos rubios; Estrasburgo, para cigarros; Metz, para tabaco de pipa, y Le Havre, procesados de tabaco.
José Luis Relea, director de Recursos Humanos en España, explicó que la actividad de cigarrillos negros, propia de los mercados español y francés, "se enfrenta a un declive estructural del consumo que se ha intensificado desde principios de 2003". La dirección de Altadis anunció que propondrá "acciones de revitalización" de las zonas más afectadas por estas medidas con el objetivo "de atraer nuevas empresas que puedan ser generadoras de empleo y para apoyar el desarrollo de las empresas locales".
Los representantes de UGT y CC OO manifestaron su "total rechazo" a estas medidas y solicitaron el apoyo de todos los partidos políticos. "Estamos totalmente en contra de estos planes tan duros de Altadis", dijo Pedro Custodio, secretario provincial de UGT en la provincia de Cádiz. Manuel Verano, de CC OO, anunció que "defenderá siempre con todas sus fuerzas los puestos de trabajo que quieren destruir en toda España".
La fábrica más antigua
La fábrica de tabacos de Sevilla ha estado desde siglos ligada a la historia del descubrimiento del consumo de tabaco y también a las más antiguas tradiciones de la capital andaluza, desde el mito de Carmen de Mérimée a las cofradías de Semana Santa, una de las cuales sale aún de la capilla de la actual fábrica de Altadis, ahora abocada al cierre y que procesiona con el nombre de Las Cigarreras.
La primera fábrica de tabacos se contruyó en Sevilla en 1620, en lo que había sido un antiguo corral de comedias junto a la Iglesia de San Pedro. Posteriormente, en 1758 se inauguró la Real Fábrica de Sevilla, la mayor del mundo hasta la mitad del siglo XX. En 1786 la fábrica sevillana ya elaboraba el tabaco rapé, que adquiere una enorme popularidad entre la realeza de la época.
El edificio, que hoy alberga a varias facultades y el rectorado de la Universidad de Sevilla, supuso un hito en la historia de la Arquitectura y en su construcción intervinieron ingenieros militares provenientes de los Países Bajos y del Norte de España. Tenía cárcel, capilla y un foso para prevenirse de las avenidas del río. En 1954 el viejo edificio pasa a la universidad construyéndose entonces la actual fábrica que se instala en el barrio de Los Remedios.
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