Nueva York llora a Celia Cruz
Fue una mezcla de llantos y bailes, de congas, tambores y emoción lo que despidió ayer a Celia Cruz por las calles de Nueva York. Un carro blanco tirado por caballos también blancos conducía a la reina de la salsa por Manhattan para que los latinos, le dieran el último adiós en la Catedral de San Patricio antes de ser enterrada. Ante unas 1.500 personas -entre los que estaban colegas suyos como Rubén Blades, Johnny Pacheco, Paquito de Rivera, Gloria Estefan o el alcalde de la ciudad de los rascacielos, Michael Bloomberg-, monseñor Josu Iriondo, pronunció las oraciones fúnebres de despedida al mito, que murió el pasado miércoles a los 77 años. Había grabado más de 70 discos y fue la figura que mezcló mejor el azúcar en la música cubana. Fue el final de una despedida que ha durado una semana ya que la artista fue expuesta de cuerpo presente el pasado sábado en Miami, donde recibió el homenaje de la ciudad con más cubanos de Estados Unidos.
Babelia
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