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El teólogo Casiano Floristán reflexiona sobre la transición de la Iglesia católica

Las vicisitudes de la Iglesia católica en el siglo pasado y sus luces y sombras por la implicación de eclesiásticos relevantes en el cruento golpe militar de 1936 y en la dictadura franquista, ocupan una parte del libro Convicciones y recuerdos, publicado por Casiano Floristán, uno de los teólogos españoles más reputados. Nacido en Arguedas (Navarra) en 1926 y profesor emérito de la Universidad Pontificia de Salamanca, el teólogo aprovecha lo que en principio parece un libro de memorias para enjuiciar la compleja transición eclesiástica tras la muerte de Franco.

El libro ofrece, además, muy jugosos perfiles de algunos de los protagonistas de aquel catolicismo, como el cardenal Tarancón, el canónigo José María González Ruiz y los jesuitas José María Llanos y José María Díez-Alegría. También relata sus relaciones con los teólogos europeos más relevantes, con los que coincidió en la revista Concilium (Congar, Küng, Rahner, Schillebeeckc), y su comunión con los teólogos de la liberación Gustavo Gutiérrez, Leonardo Boff e Ignacio Ellacuría, entre otros. Uno de los relatos más emotivos alude a la rehabilitación en 1979 de los veintidós fusilados en Arguedas (Navarra) en el verano de 1936. El libro recoge la homilía pronunciada por Casiano Floristán con tal motivo y sus reproches a la jerarquía de la época, a la que recordó que "sin memoria no hay examen de conciencia". "Aquel poder fue absoluto, corrompido absolutamente", dijo también.

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