Patio de las Escuelas
El Patio de las Escuelas de la Universidad de Salamanca es uno de los lugares donde los amantes de la ciudad pueden enfrentarse al calor del verano e incluso protegerse de algún inoportuno chaparrón. Allí, también los amantes de la fotografía van a poder disfrutar durante la estación estival de tres magníficas exposiciones. Si seguimos un orden cronológico, la primera la protagoniza el australiano Bill Henson bajo el título Juventud desnuda. Son imágenes de chicos y chicas en posturas nada estridentes. De pie, sentados, ociosos. Unas veces solos, otras en pareja, construye el conjunto bajo un halo romántico, capaz de extraer del gesto de sus protagonistas emociones confusas. Envuelve a sus modelos con un cromatismo donde domina el negro, como si quisiera ocultar los sentimientos. Es un trabajo precursor en las nuevas formas de enfrentarse al retrato, con las que, a pesar de transgredir muchas de las normas más extendidas, se abre hacia un clasicismo con tintes pictóricos.
Camuflajes es el trabajo de la artista peruana, residente en Costa Rica, Cecilia Paredes. En su obra fotográfica se funde de manera deliberada la naturaleza del cuerpo humano con la piel de animales o plantas. Con superposiciones de imágenes invoca una metamorfosis corporal, unos cambios de piel que puede caerse cada temporada como la ropa promovida por la moda, fenómenos que amenazan la identidad y dejan en el aire los valores más profundos. Los camuflajes pueden ser juego de carnaval, pero también fraude a la realidad, encubriendo la hipocresía y la tragedia. Son imágenes marcadas por un estilo un tanto barroco, resuelto con enorme detalle, para entonar una lírica que ensalza lo humano y la tierra que maltrata.
Finalmente, la exploración artística de Jane & Luis Wilson discurre entre videoinstalaciones y fotografías de gran formato. Las imágenes buscan los resortes psicológicos del miedo y los mecanismos visuales y escenográficos a los que recurre el poder para generar paranoias entorno a la seguridad. La serie Star City son fotografías tomadas en un centro de entrenamiento para astronautas en desuso y marcan una estética retrofuturista. Las plataformas de lanzamiento contrastan con salas de espera de paredes desconchadas, laboratorios abandonados y con el sobrecogedor vestuario, con varios trajes de astronautas sobre un armario de formica. Bajo el titulo Safe Light se adentran en la fría realidad de la tecnología posmoderna. Son imágenes privadas de toda presencia humana donde las maquinas tienen el poder y el conocimiento. Una reflexión sobre la impotencia del individuo ante el dominio de la técnica sobre el espíritu.
