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Reportaje:ELECCIONES 25M | La campaña del Gobierno

La reconquista de Al-Ándalus

Aznar y sus ministros han hecho 42 visitas a Andalucía en 15 días de campaña y han acudido a las ocho provincias

Luis Barbero

El Gobierno de José María Aznar se ha volcado en Andalucía en la campaña electoral que terminó ayer. El presidente o alguno de sus ministros han visitado las ocho provincias en los últimos 15 días para pedir el voto para los candidatos del PP andaluz, una formación que programó esta "avalancha" hace tiempo y que se muestra especialmente satisfecha con los resultados.

En total, según ha contabilizado este periódico, se han producido 42 visitas oficiales de miembros del Gobierno desde el pasado 9 de mayo, la mayoría para actos de partido, aunque en muchos casos los ministros han aprovechado para mantener reuniones sectoriales con distintos colectivos, para hacer inauguraciones o han acudido a compromisos por razón de su cargo.

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"Las visitas son la prueba del claro compromiso del Gobierno con Andalucía", afirma el vicesecretario de Organización del PP regional, José Luis Sanz, quien subraya la presencia de los ministros inversores, ya sea el ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, o la titular de Medio Ambiente, Elvira Rodríguez, con proyectos bajo el brazo.

Este esfuerzo se produce para ganar terreno en una comunidad que es uno de los territorios en los que el PP ha sido incapaz de ganar el poder autonómico y en la que sus mayores éxitos los ha cosechado en el plano municipal.

En esta campaña el PP se felicita de que todo haya ido miel sobre hojuelas, con el borrón de que algunas juntas electorales han suspendido determinados actos del Gobierno, por ejemplo por dos veces se le ha prohibido a Cascos presidir el inicio de unas obras en Jerez o la firma del convenio para la restauración de la iglesia de El Salvador en Sevilla, que terminó siendo autorizada.

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Embrollos

Pero este optimismo que cunde ahora en el PP por el respaldo gubernamental no se ha producido siempre. De hecho, en los últimos años, los populares se han visto metidos en más de un embrollo por miembros del Ejecutivo, a los que han defendido a duras penas y más por obligación que por convicción.

Curiosamente, el lío más grave de todos, que acabó con iniciativas en el Parlamento autonómico, lo causó Aznar, cuando en el último congreso regional del PP equiparó los 25 años de gobierno del PSOE en Andalucía con la larga duración del franquismo.

Otros episodios se produjeron cuando el ex ministro de Trabajo Juan Carlos Aparicio habló de la "indolencia" de los andaluces; cuando Mariano Rajoy acusó a la Junta de practicar "el gamberrismo institucional" o cuando el ex ministro del Interior Jaime Mayor Oreja hizo una comparación entre Andalucía y el País Vasco por el supuesto "miedo" que hay en ambas comunidades a un cambio de gobierno. Un caso que ha dolido en el PP, aunque no haya tenido tanta repercusión mediática, ha sido el del ministro de Hacienda y diputado por Jaén, Cristóbal Montoro, quien en alguna ocasión ha destacado el crecimiento económico de Andalucía, en clara contradicción con el mensaje regional del PP.

Estas visitas de ministros siempre han sido vistas con recelo por el Gobierno andaluz. El consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías, critica la "romería" ministerial: "Han venido a presentar anteproyectos de estudios, no han aportado nada en esta campaña". Zarrías pone el ejemplo de lo ocurrido en Jaén: "Han venido siete ministros en siete días y el que más ha estado ha sido una hora y cuarto". "Las visitas son crontraproducentes para el PP porque la gente sabe por dónde van los tiros", dice Zarrías.

En esta campaña, el PP ha diseñado un claro reparto de papeles: Aznar, como figura estelar, con visitas a Almería, Málaga y Sevilla; el ministro de Administraciones Públicas, Javier Arenas, tapando todos los huecos, sobre todo en Sevilla, y los demás ministros distribuidos de forma más o menos equitativa por las distintas provincias.

Zarrías hace hincapié en una sonora ausencia a lo largo de estos 15 días: la del ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, en Jaén y, en concreto, en Expoliva, la feria internacional del aceite de oliva, que se celebró la semana pasada en esta provincia. "El ministro no ha querido dar la cara", afirma, en referencia a una posible prórroga de la OCM del aceite de oliva, rechazada por los agricultores jiennenses.

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Sobre la firma

Luis Barbero
Es subdirector de Actualidad de EL PAÍS, donde ha desarrollado toda su carrera profesional. Ha sido delegado en Andalucía, corresponsal en Miami, redactor jefe de Edición y ha tenido puestos de responsabilidad en distintas secciones del periódico.

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