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Dos directivos de Eurostat, investigados por vender datos

La Fiscalía de París comprueba el desvío de 900.000 euros

Dos altos funcionarios de la Oficina de Estadística comunitaria (Eurostat), de nacionalidad francesa, son sospechosos de un presunto fraude de 900.000 euros en desvío de fondos por venta irregular de datos. El caso está siendo investigado en la actualidad por la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF), que ha enviado toda la información a la Fiscalía de París. Ésta abrió a su vez una investigación el pasado 4 de abril contra una serie de personas no especificadas por "complicidad" y "abuso de confianza".

La Comisión Europea confirmó ayer la investigación sin desvelar la identidad de los funcionarios, pero consideró prematuro emprender medidas disciplinarias hasta que la OLAF concluya su labor. El portavoz del Ejecutivo, el finlandés Reijo Kempinnen, quiso, no obstante, destacar que se trata de un episodio ocurrido durante la anterior Comisión presidida por el luxemburgués Jacques Santer, que se vio forzada a dimitir antes de tiempo en 1999.

El diario británico Financial Times identificó ayer a los dos investigados como Yves Franchet, director general de Eurostat desde 1987, quien está a punto de retirarse del cargo, y Daniel Byk, a su vez responsable de uno de los departamentos de esta oficina que, entre otras misiones, difunde periódicamente la evolución de los indicadores económicos de los países de la UE. Ambos han negado haber cometido alguna irregularidad.

Eurostat, que ayer precisamente cumplió medio siglo de existencia, tiene su sede en Luxemburgo y realiza, entre otras funciones, la evaluación periódica de los indicadores económicos de los países de la UE. Depende de la Dirección General de Asuntos Económicos y Monetarios, que está a las ordenes directas del comisario de esa cartera, el español Pedro Solbes.

Abuso de confianza

Fuentes judiciales francesas citadas por la agencia Efe confirmaron ayer que la Fiscalía de París decidió abrir el pasado 4 de abril una investigación por "encubrimiento y complicidad de abuso de confianza" contra X (desconocidos) después de que la OLAF informara sobre la encuesta que a su vez abrió el pasado 18 de marzo.

Los dos funcionarios implicados habrían abierto una cuenta de ahorros en un banco luxemburgués para el ingreso de 900.000 euros desviados de ventas de publicaciones de Eurostat. Según la OLAF, una caja negra habría sido constituida entre 1996 y 1999 con motivo de contratos relativos a la venta de estadísticas de Planistat, la agencia de representación de Eurostat en Francia.

Franchet ha informado a sus superiores y colaboradores de que no ha cometido ninguna iregularidad. Por su parte, Byk, el otro supuesto implicado, confirmó a Financial Times la existencia de tal cuenta, que ya ha sido cerrada, pero insistió en que había sido dirigida por un proveedor externo y que ni él ni su superior habían tenido acceso al dinero que contenía.

Byk ha asegurado al diario británico que los fondos ingresados procedían de la venta de estadísticas de la UE a clientes privados y que se utilizaron para pagar sueldos y gastos de comunicación.

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