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EE UU revive el temor a la deflación tras caer un 0,3% los precios en abril

La inflación sin incluir alimentos y crudo queda en el 1,5%, el nivel más bajo desde 1966

La inflación en Estados Unidos cayó tres décimas en abril, el mayor retroceso en año y medio, hasta un índice interanual del 2,2%. La caída reflejó la de los precios energéticos -disipadas las dudas sobre el aprovisionamiento de crudo por el fin de la guerra en Irak- y alimenticios. Excluidos esos productos volátiles, la inflación subyacente interanual queda en el 1,5%, algo no visto desde 1966, lo que mantiene la alerta sobre el espectro deflacionario. Este temor, que abre las puertas a una inminente bajada de los tipos de interés, provocó ayer leves caídas en las bolsas.

El recorte de tres décimas en el índice de los precios al consumo sorprendió a los expertos. Es el más pronunciado desde octubre de 2001, afectado entonces por los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. En marzo, los precios subieron el 0,3% empujados por la incertidumbre bélica y sus efectos sobre el petróleo, pero la rápida resolución formal de la guerra en Irak ha recortado ahora un 4,6% los precios de la energía: el gasóleo cayó en abril un 14,9%; la gasolina, un 8,3%, y el gas natural, un 3,8%.

Alimentos, ropa y coches también bajaron de precio, contribuyendo a mantener la inflación subyacente sin cambios, al igual que en marzo, la primera vez que no varía en dos meses consecutivos desde 1982. Esa paralización y la baja cota volvió a dar aire a las especulaciones sobre la deflación, la caída de precios a lo largo y ancho del sistema.

La deflación es todavía un fantasma teórico, pero produce escalofríos en inversores y negocios, y se ha convertido en un elemento de incertidumbre que rivaliza con el de la guerra de meses pasados.

El jueves se anunció que los precios al por mayor bajaron un 1,9% en abril y que el uso de la capacidad productiva volvió a encogerse hasta el 74,4%, la más baja tasa en una veintena de años. Esta batería de datos presagia una agudización de la crisis del mercado laboral, con un 6,5% de paro, ante la falta de incentivos para inversión productiva.

Lo positivo de la caída de precios en la energía es que libera recursos que los consumidores, el auténtico e insaciable motor de la economía norteamericana, tienden a volcar en el sistema. La encuesta mensual de la Universidad de Michigan sobre la confianza personal de los consumidores en la economía reveló ayer un índice sorprendentemente alto a comienzos de este mes. El mercado inmobiliario, disparado en los últimos años, dio ayer también un resultado negativo, al caer en abril un 6,8% el comienzo de nuevas viviendas. Pudiera ser un recorte coyuntural, dado que el número de solicitudes para nuevas construcciones subió un 1,2%.

La Reserva Federal aludió hace diez días al riesgo deflacionario e insinuó su disposición a recortar de nuevo el tipo de interés de referencia, que se halla en el 1,25%, para alentar la economía. Su próxima reunión será los días 24 y 25 de junio. Los expertos consideran que habrá recortes inminentes.

Euro y mercados

El temor a la deflación llegó hasta los mercados bursátiles, aunque el impacto fue limitado. En Estados Unidos, el Dow Jones caía ayer, a poco del cierre, un 0,50%, mientras el mercado de nuevas tecnologías, el Nasdaq, perdía otro 0,59%. Los mercados europeos, que comenzaron la jornada con subidas, se resintieron, como París (bajó un 0,04%) y Francfort (cayó un 0,28%), tras conocerse el dato de inflación en EE UU.

El euro, que llegó a caer por debajo de los 1,14 dólares por la mañana, volvió a cotizarse a 1,15 dólares por unidad. Por otra parte, el Ibex acabó con un alza del 1,06% y cerró una semana en positivo, con una ganancia del 1,46%.

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