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España prohíbe las reses de más de un año de Francia e Irlanda por miedo a las 'vacas locas'

El director del Laboratorio Nacional de Encefalopatías pidió el cierre de fronteras hace meses

El Ministerio de Agricultura cerró ayer las fronteras de España a las vacas reproductoras y sementales de más de un año procedentes de Francia e Irlanda (más de 16.000), ante la alarma en el primero de esos países por el contagio a humanos de la epidemia de encefalopatía espongiforme bovina (EEB) o enfermedad de las vacas locas, que llevó el pasado martes a las autoridades francesas a prever "decenas de casos". El Gobierno español prohibió también la entrada de animales con más de 20 meses con destino a sacrificio. Ya había prohibición para reses del Reino Unido, Portugal y Suiza.

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación comunicó ayer su decisión a la Comisión Europea (CE) y a los gobiernos de París y Dublín. "Con los datos que manejamos no hay ningún elemento de alarma y, si hubiera un primer caso, los ciudadanos lo conocerían 15 minutos más tarde que yo. Informaremos de la situación al minuto, seremos transparentes", dijo el ministro Miguel Arias Cañete, que indicó la conveniencia de prolongar la prohibición "hasta que se clarifique el problema francés donde, por cierto, hay muchas contradicciones entre partidos políticos, y nos gustaría que hubiera más rigor científico". España importa de Francia unas 16.000 vacas reproductoras y unos 300.000 terneros para engorde. Con estos últimos no regirá la prohibición, puesto que son sacrificados entre los 10 y 12 meses, edad que los especialistas consideran suficiente para que el prión (proteína que transmite la EEB) no tenga tiempo de desarrollarse. Reuters cifró en 25.000 vacas reproductoras las exportadas por Irlanda a España, pero los ministerios de ambos países no lo confirmaron. El irlandés aseguró que "la inmensa mayoría son terneros recién destetados". "Siempre que España importa animales de países que han tenido casos de vacas locas se incineran los despojos", aseguró Arias Cañete.

Riesgo cero

"El cierre de fronteras es una medida que conduce al riesgo cero y que yo recomendé hace tiempo, pero se me adujo que atentaba contra la libertad de comercio", dice Juan Badiola, director del Laboratorio Nacional de Referencia de Encefalopatías Espongiformes Transmitidas de Animales. "Con la medida se evita el posible riesgo de contagio de las vacas a sus crías". Badiola admite que las vacas francesas importadas se han comido en España, "pero desde octubre siempre sin las vísceras peligrosas". Desde entonces, los mataderos españoles deben destruir los llamados MER (materiales específicos de riesgo), es decir el cerebro, médula espinal y ciertas vísceras del ganado rumiante de más de un año de edad, porque en esos tejidos se encierra una mayor carga de infectividad. Además, en España están prohibidas desde 1994 las harinas fabricadas con restos animales y destinadas a la alimentación de bovino, caprino y ovino. El presidente francés, Jacques Chirac, anunció el pasado lunes que Francia prohibirá este tipo de piensos. La medida del Gobierno recibió inmediato apoyo del sector cárnico. El secretario general de la Asociación Española de Empresas de la Carne (Asocarne), Fernando Pascual, la consideró "razonable", si bien destacó que los controles españoles para detectar cualquier brote de vacas locas son "eficientes y sensibles". Pascual insistió en la carne española es de "alto estatus sanitario", y afirmó que un 30% se exporta a Italia, Portugal y Rusia, informa Servimedia. El presidente del Consejo de Colegios de Veterinarios de España, Antonio Borregón, afirmó que la crisis francesa es consecuencia de "una permisividad comercial muy grande". El gerente de la Asociación de Productores de Vacuno (Aprovac), Manuel Conde, anunció una reunión con otras asociaciones del sector como Asovac para prever una posible caída del consumo y aseguró que "las harinas de carne nunca han entrado en España". La Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos para Animales (Cesfac) aseguró que cumple "a rajatabla" la normativa sobre harinas animales en la elaboración de piensos, pero no ocultó que casi todos los compuestos fabricados en España tienen en su base un 3% de harinas de origen animal, que no están prohibidas para la alimentación de ganado porcino y de aves. Tanto la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) como la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) instaron al Gobierno, en las horas previas al anuncio del Ministerio de Agricultura, al cierre de las fronteras al ganado francés. El director del Instituto Nacional de Consumo (INC), Öscar López, afirmó que en España, según informe de la CE, no se ha registrado "ni un solo caso" de vacas locas. Las organizaciones de consumidores CEACCU y OCU pidieron transparencia al Gobierno sobre las medidas de control y exigieron reformas legislativas que cubran los vacíos de competencias en los distintos niveles de la Administración. Resaltaron que con los piensos de origen animal se está alimentando a rumiantes herbívoros y que se desconocen las consecuencias de esa práctica. Precisamente ayer Aragón y Cataluña firmaron un acuerdo de colaboración para mejorar la sanidad animal y el control en los movimientos de ganado entre ambas comunidades autónomas. Se desarrollarán programas sanitarios comunes en áreas limítrofes, comunicaciones y chequeos previos a los desplazamientos y se mantendrá un fichero común de explotaciones trashumantes.

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