Abre la edición más optimista del Salón del Cómic
"Hemos visto como editoriales que hasta ahora sólo publicaban superhéroes se han lanzado al cómic independiente. Esto nos ha motivado a volver a editar la revista Nosotros somos los muertos", explicó ayer Pere Joan, quien, junto a Max, fue el impulsor de esta publicación, cuyo primer número fue un trágico grito de alerta contra la guerra de Bosnia al poco de estallar el conflicto de los Balcanes. Éste es uno de los muchos síntomas de una cierta recuperación de la ilusión que se advertía en los primeros compases del Salón del Cómic de Barcelona, que ayer recibió la vista de los fieles adolescentes que suelen saltarse las clases en el primer día del salón.
La depresión de los últimos años parece haberse superado y las editoriales intentan encontrar nuevas fórmulas que les permitan ampliar un mercado de por sí bastante reducido. Una de las estrategias en las que se ha trabajado en los últimos años ha sido la interrelación del cómic con otros medios. En esta edición encontramos casetas de canales temáticos de televisión, empresas de juegos de rol, objetos de merchandising y dibujos animados que demuestran que uno de los factores importantes para captar público pasa por la incorporación de la historieta a un circuito de interés multidisciplinar.
Las novedades que se presentan estos días, "unas 200", según explica la directora de salón, Pilar Gutiérrez, responden también a una voluntad de encontrar nuevos huecos en el mercado. Así, Glénat presentó ayer los cuatro volúmenes de Sambre, de Yslaire, una obra que ya editó pero que ahora presenta con ciertos retoques del autor y con unas páginas más. Viene a ser como los modernos DVD que aparecen con los extras o con el montaje definitivo del autor. La misma editorial presenta Jonás, la última obra de Carlos Giménez, gestada a lo largo de más de una década y que antes de ser publicada en papel apareció en Internet.
La editorial Inrevés, que ayer presentó la versión en catalán de Maus, de Spiegelman, trata con la inclusión de una guía didáctica que esta obra entre en el goloso y numeroso público escolar. Otro fenómeno que parece despertar es la aparición de álbumes con obras aparecidas de manera dispersa o inéditas. Glénat presentó, tras años de no publicar un libro de historietas, a Guillem Cifré con Historias de 'El tío del final', y Edicions de Ponent ha recuperado a un personaje de principios de los años noventa: el detective de pincho de tortilla y chato de vino Simón Feijoo, creado por Bartolomé Seguí. ¿Coca o ensaimada? es el título de la obra.
Clásicos
Para clásicos de verdad, la edición por parte de Norma del segundo tomo recopilatorio de las aventuras de Spirit, de Will Eisner, mítica figura que esta tarde será con su presencia la estrella del salón. Para hoy también se espera la presencia de los artistas invitados para la firma de ejemplares, otro de los ganchos de esta feria.
Otro elemento que ha insuflado vitalidad al cómic en los últimos años ha sido su inmediatez al hablar de asuntos actuales. Ayer se presentó en el salón un álbum dedicado a la tragedia del Prestige que lleva por título Marea negra, editado por el colectivo Nunca Máis Cataluña y por el grupo de Estudios Pedagógicos. La guerra de Irak tampoco está ausente. Por un lado, la caseta de Avui presenta las tiras de prensa realizadas por Fer sobre este conflicto bélico. Desde un punto de vista diferente, la última aventura del Capitán América, que presenta Planeta De Agostini, muestra el detonante del conflicto con una historieta que se inicia en el interior de uno de los aviones que se estrelló en las Torres Gemelas. "Tenemos que ser más fuertes de lo que nunca fuimos... Como pueblo, como nación. Tenemos que ser América. O habrán vencido", dice en una viñeta el célebre superhéroe.
El Salón del Cómic rendirá este mediodía homenaje, en el puesto de la Asociación de Amigos del Tebeo de la Región de Murcia, a José Manuel Campillo Chiqui, fallecido recientemente de manera prematura, que fue uno de los promotores de los dibujantes murcianos en Barcelona.
