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Entrevista:FLAVIO BRIATORE | Jefe del equipo Renault de fórmula 1 | AUTOMOVILISMO | El fenómeno Alonso

"Había gente que por celos me decía que Alonso no era para tanto"

Pasea por los circuitos sin regalar demasiadas sonrisas. Alto, de pelo canoso y piel exageradamente morena, tostada por el sol de Kenia, donde tiene una mansión a la que se escapa cada vez que puede, Flavio Briatore es feliz. Italiano, de 52 años, disfruta del momento de gloria que vive Renault, la escudería de la que es el director deportivo. Durante algún tiempo era un habitual de las revistas del corazón por su relación y posterior ruptura con la modelo Naomi Campbell. Él fue quien en 1992 rescató a un joven Michael Schumacher de la escudería Jordan y le enroló en Benetton. Dos años después, el alemán fue campeón del mundo. Hoy, Briatore presume de haber apostado por Fernando Alonso cuando otros, como Ferrari, se echaron atrás. Briatore, en privado, muestra una simpatía arrolladora, fuma sin parar y se niega a reconocer que Alonso suele ganarle al tenis de mesa.

"Hay que ser rápido. Pero también, como Fernando, tener carácter, disciplina, personalidad, complicidad con los mecánicos..."
"En el GP de Austria, el día 18, estrenaremos la primera evolución del motor del coche. Y en el de Canadá, otra"
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Pregunta. ¿Cómo consigue que todo lo que toca en la fórmula 1 se convierta en oro?

Respuesta. De momento, sólo en plata. Aún no hemos ganado.

P. Pero no le hablaba sólo de Alonso y su segundo puesto en Montmeló. Usted agarró del brazo a Schumacher cuando no era casi nadie, le llevó a Benetton y le hizo campeón del mundo.

R. No es bueno presumir. Éste es un deporte distinto a todos los demás. Porque aquí, sin dinero, no se hace nada. Mucha gente habla mucho, pero ¿quién pone el dinero? Sin dinero, no hay coche, y sin coche no hay piloto por mucho Schumacher que se llame.

P. Despoja usted a este deporte de cualquier aspecto sentimental.

R. El sentimiento está en las relaciones humanas entre quienes viven esto. Lo importante es ganar dinero, y eso es muy complicado.

P. Su nombre está asociado al de Schumacher, ahora al de Alonso... Gente que triunfa.

R. Y a los de Fisichella, Trulli, Webber... Mi única misión ha sido, cuando he dado con un piloto con talento, ayudarle. Luego ves que los hay mejores o peores, que hay algunos que tienen ese punto que les hace distintos.

P. Alonso, por ejemplo.

R. Es un gran piloto, sí.

P. ¿El punto que le diferencia?

R. No se puede explicar. Hay que ser rápido, por supuesto; pero además hay que tener carácter, personalidad, disciplina, compañerismo. Hay que ser cómplice de los mecánicos, ayudarles en su trabajo... Fernando lo hace.

P. ¿Cuándo le vio conducir por vez primera?

R. Creo recordar que en el 99. Y mi primera impresión sobre él fue muy difícil. Porque había gente que me había hablado y me decía que no era para tanto. Ya sabe: los celos. Y me encontré también lo contrario, personas que hablaban y no paraban sobre lo bueno que era. Mucho bla bla, pero nadie daba un paso al frente. Yo dí ese paso. Me bastó con verle una vez para comprar su contrato a Minardi.

P. Donde le dejó un año antes de recuperarle para Renault.

R. Cierto. Y yo entendí que no podía estar en Minardi más tiempo. Me lo llevé a Kenia y hablamos. Le dije que le quería en casa, como probador de Renault. Lo aceptó, aunque quería competir.

P. Quién le iba a decir entonces que ocurriría esto. Que Alonso acaparararía portadas y sería comparado con Schumacher o Senna.

R. Bueno, bueno... Michael es Michael, Fernando es Fernando y Senna era Senna. ¿Por qué comparar? Alonso tiene 21 años y no es cuestión de exprimirle. Por suerte, sé que él se mantiene ajeno a todo este jaleo.

P. Pero ¿es comparable a Schumacher?

R. Son distintos. Schumacher es un grande, como lo fue Senna. Y Alonso va a ser un grande. Tiene algo especial, no se siente inferior a nadie. E insisto: lo importante es que no se considera un extraño en el equipo. Él es un trabajador más. Como Trulli. Hay que saber respetar a un mecánico que a lo mejor lleva 20 horas trabajando. Hay 600 o 700 personas al servicio de uno. Si no te sientes parte de ellos, estás perdido.

P. El plan de Renault era que en 2003 pudiera meterse en los puntos de vez en cuando, que en 2004 se asomara alguna vez al podio, que en 2005 lo hiciera con asiduidad y que en 2006 fuera campeón del mundo. Pero Alonso se ha saltado unos cuantos pasos. Ya sube al podio con asiduidad. Eso no lo esperaba usted.

R. Sabíamos que era un piloto importante y nunca lo negamos. Por eso está aquí. No sé si ahora la afición española le exigirá que suba al podio todos los días, pero sé que él tiene los pies en el suelo. Yo sé que es bueno. Y a la gente buena hay que darle una buena máquina. Cuando el mejor coche se junta con el mejor piloto ocurre lo que ha ocurrido con Schumacher.

P. ¿Puede afectarle a Alonso tanta presión?

R. La presión, la presión... Cualquier trabajador tiene presión. El presidente de un país tiene más presión que Fernando. Y el de American Express también. La presión no es tal cuando tú eres fuerte en tu trabajo. Un mecánico tiene presión cuando tiene que cambiar un motor en 45 minutos. Para mí no existe esa presión.

P. Mucho se habla de la falta de potencia del motor del Renault. ¿Cómo solucionarlo?

R. Se hablan tantas cosas... Lo único que puedo decir es que en Austria [donde el próximo día 18 se disputa el sexto gran premio de la temporada] estrenaremos la primera evolución de este motor, que no vamos a dejar de mejorar.

P. ¿Tendrá más caballos?

R. Habrá una evolución, que será la primera. Luego, en Canadá, pensamos estrenar otra. Queremos dar a los pilotos la mejor máquina posible.

P. ¿Qué motivación le lleva a usted a seguir en esto? Tiene dinero de sobra, es famoso, sabe lo que es ser campeón del mundo...

R. Pues, por ejemplo, ver a Fernando en el podio y pensar que eso es obra de un equipo al que dirijo. La gente ve la televisión, a un piloto, y no sabe lo que hay detrás, tantos aspectos mecánicos, tanto trabajo...

P. ¿Qué sensación le da conocer la explosión de júbilo que ha provocado Alonso en España?

R. Maravillosa. España es un pais de tifosi, como Italia. Necesita ganadores. En la Fórmula 1 ya lo tiene.

Flavio Briatore y Fernando Alonso, en Montmeló.
Flavio Briatore y Fernando Alonso, en Montmeló.EFE

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