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El Ruhr arriesga

La Trienal del Ruhr, dirigida por Gérard Mortier, comienza el próximo miércoles 30 de abril su segunda temporada con un montaje de Fedra, de Racine, dirigido por Patrice Chéreau. Hasta el 12 de octubre se alternan en la histórica zona industrial alemana de la Ruhrgebiet (cuenca del Ruhr) espectáculos de creación, ópera, teatro, música, danza e instalaciones plásticas.

Duisburg, Oberhausen, Wuppertal, Hamm, Mülheim, Bottrop, Gladbeck, Essen, Gelsenkirchen, Bochum y Dortmund son las poblaciones que acogen diferentes manifestaciones de la segunda edición de la Trienal. Respecto a la primera, el epicentro se ha trasladado de Essen a Bochum, ciudad con prestigiosa universidad y hermanada además con Oviedo. En las afueras de Bochum se ha acondicionado la impresionante nave industrial bautizada como Jahrhunderthalle, para sede central de alguno de los acontecimientos más ambiciosos artísticamente, desde Fedra, de Racine, con Chéreau, o El zapato de raso, de Claudel, con Stefan Bachmann, en el apartado teatral, hasta óperas como La flauta mágica, de Mozart, con La Fura dels Baus y Jaume Plensa, en una coproducción con el Teatro Real de Madrid, o San Francisco de Asís, de Olivier Messiaen, con el inclasificable y genial artista ruso Ilya Kabakov. También en Bochum se podrán ver espectáculos de creación como Sentimenten, inspirado en Verdi, o de teatro musical como Begehren, del compositor y director de orquesta Beat Furrer.

La Trienal del Ruhr es una manifestación artística interdisciplinar que se desarrolla fundamentalmente en complejos de arqueología industrial residuales de la floreciente industria pesada del carbón y acero de la zona en sus años dorados. Los espacios son impactantes visualmente e invitan a una percepción muy diferente a lo habitual de los clásicos de la música, la ópera o el teatro. La recuperación de la memoria cultural se hace con criterios de decidida creatividad. Las catedrales industriales no solamente arropan, también estimulan una nueva lectura de las obras maestras imperecederas.

En el terreno artístico, el imponente gasómetro de Oberhausen acoge desde el 17 de mayo hasta el 5 de octubre una instalación de ángeles para el milenio del artista norteamericano Bill Viola, mientras en la cima de la montaña de escoria de carbón Halde Haniel de Bottrop permanecen los tótemes de traviesas de ferrocarril de Agustín Ibarrola como fondo permanente de un teatro al aire libre de poesía épica.

La potencia visual de los espacios marca las diferentes propuestas artísticas. Ilya Kobakov ha afirmado, refiriéndose al Jahrhunderthalle, que es "altamente concentrado y lleno de tensión interior; con lo que tienes el sentimiento de que está ocurriendo algo en cada momento, en lo cual participas por alguna razón". El montaje de Kabakov de San Francisco de Asís, de Messiaen, es seguramente el espectáculo estrella de este año, compartido con La flauta mágica, de Mozart, en versión furera. Los dos se estrenan en Bochum durante la primera quincena de septiembre, con Sylvain Cambreling al frente de la SWR Sinfonieorchester, y Marc Minkowski con Les Musiciens du Louvre. Dos atractivos vocales: en el papel de San Francisco, José van Dam; en el de Papageno, Christian Gerhaher. En el apartado de música más o menos teatral se escuchará Saul, de Händel, en Dortmund, y Rey Arturo, de Purcell, en Bottrop, así como una nueva producción de Juana de Arco en la hoguera, de Honneger, a cargo de Stanislas Nordey, en Gelsenkirchen. El teatro musical de Mauricio Kagel recalará en Duisburg, como también un estreno de Kris Defoort para soprano, bailarina y vídeo a partir de un texto de Roddy Doyle.

La danza tiene un protagonismo indiscutible con Pina Bausch. En el teatro, debuta la escritora húngara Terézia Mora, al lado de autores imprescindibles como Eurípides, Racine y Claudel (ocho horas dura el montaje de El zapato de raso, de este último). Entre las creaciones de difícil ubicación destaca Wolf, un espectáculo de Alain Platel con música de Mozart, en coproducción con la Ópera de París; Sentimenten, de Johan Simons y Paul Koek, con dramaturgia del propio Mortier, como homenaje a Verdi, y, especialmente, la versión de Robert Wilson sobre Las tentaciones de San Antonio, de Flaubert, con música y canciones del compositor americano Bernice Jonson Reagon. Este último está programado este verano en el Festival de Peralada.

El recorte de presupuesto para la Trienal, por razones de la situación actual de la economía alemana y las partidas especiales dedicadas a las inundaciones de Dresde, no ha impedido del todo las actividades paralelas, entre las que destaca un ciclo de canciones del XX por nacionalidades, desde un tributo a Jacques Brel, Kurt Weill o a las canzoni-poesie del Novecento italiano hasta las melodías populares de los Alpes austriacos. Existe un festival joven y también un festival Off en Dortmund, del 24 de mayo al 7 de junio, con la actuación, entre otros, del grupo de danza catalán Increpación, de Montse Sánchez y Ramón Baeza.

El aeropuerto de acceso a la región del Ruhr más cómodo desde España es Düsseldorf. Desde ahí los trenes son frecuentes a cualquiera de los lugares. La organización suministra un folleto detallado de cómo llegar a cada sitio industrial. La red de autopistas es tan prolífica que hace casi pensar en Los Ángeles. Detalles actualizados se pueden consultar en www. ruhrtriennale.de. Con unos u otros objetivos se están organizando viajes a la zona desde Barcelona o Madrid, a través del teatro del Liceo o de los Amigos del Museo Reina Sofía, respectivamente.

El artista ruso Ilya Kabakov, que participará en la Trienal del Ruhr, posa junto a su esposa Emilia.
El artista ruso Ilya Kabakov, que participará en la Trienal del Ruhr, posa junto a su esposa Emilia.

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