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La economía de Estados Unidos sigue sin despegar, según la Reserva Federal

El Libro Beige atribuye la pobre actividad a la climatología adversa y al espectro de la guerra

La economía estadounidense continuó dando muestras de debilidad en los meses de marzo y abril, según el informe hecho público ayer por la Reserva Federal, que detecta muestras de mayor enfriamiento de la actividad en cinco de las 12 regiones en que divide al país. El documento atribuye la pobre actividad a las condiciones climatológicas adversas y al espectro de la guerra. Con la mayor parte de los datos acumulados antes de la toma de Bagdad, la Fed no realiza proyecciones sobre la reacción de la economía tras el fin de la fase aguda de la campaña en Irak.

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"La marcha de la evolución económica siguió siendo mediocre en marzo y en las dos primeras semanas de abril", indica el llamado Libro Beige, el informe con guardas de ese color que ocho veces al año elabora el banco emisor sobre la economía nacional. Es el documento que tendrán sobre la mesa los miembros de la Reserva Federal que el próximo día 6 se reunirán en Washington para decidir sobre los tipos de interés. "El estallido de la guerra con Irak parece tener algún efecto sobre las ventas y el gasto, aunque es muy pronto para conocer el pleno efecto de la guerra sobre la confianza tanto del consumidor como de las empresas", señala el documento.

Estudios de otras entidades detectan un incremento de esa doble confianza tras el fin del conflicto, pero no hay señales de que se haya traducido en efectos positivos concretos. El consumo privado mueve los dos tercios de la economía estadounidense y en marzo las ventas fueron generalmente débiles, según el Libro Beige.

"Los consultados atribuyeron parte de la debilidad al mal tiempo y al estallido de la guerra", dice el informe, que también resalta que los comerciantes esperan que la actividad mejore en los próximos seis meses.

La producción sigue siendo floja, con 9 de los 12 distritos dando cuenta de datos peores que en febrero, y en consecuencia el mercado laboral continúa deprimido.

La Reserva Federal, con su presidente, Alan Greesnpan, al frente, ha venido atribuyendo a la incertidumbre bélica la mayor parte de la responsabilidad por la debilidad económica y el informe reitera la tesis, sin aventurar qué pueda pasar a partir de ahora. Muchos economistas miran al pasado para comparar y ven que la economía recibió un estímulo en 1991, tras el fin de la anterior guerra, que se evaporó a finales de aquel mismo año.

También ahora se prevé un incremento de la actividad económica, aunque su duración se relaciona con la disposición empresarial a contratar trabajadores e invertir, los dos factores que Greenspan considera imprescindibles para salir de la parálisis. La inversión inducida por la expansión de los noventa, la más larga de la historia norteamericana, hace que el sistema productivo estadounidense esté funcionando en torno al 75% de su capacidad, por lo que se necesitarán meses de crecimiento antes de que las empresas vuelvan a contratar. En los dos pasados meses se han perdido casi medio millón de empleos y la propia Fed prevé que la tasa de desempleo se mantendrá durante todo el año en torno al 5,8% o 6%.

Tipos estables

La Reserva lleva ya medio año con los tipos en el 1,25% y los analistas consideran muy poco probable que los rebaje en su cita de dentro de dos semanas. Junto al consumo privado, que raramente flaquea, los economistas estiman que el previsible alivio fiscal y la caída del dólar, con su efecto benéfico sobre las exportaciones, ayudarán a mantener la actividad a la espera de los efectos del fin de la guerra, que no se empezarán a notar hasta bien entrado mayo y en junio. Sólo en caso de que entonces continúe la debilidad, estos expertos creen que la Reserva volverá a recortar los tipos.

Mañana se anunciará el PIB correspondiente al primer trimestre, que a la luz del Libro Beige será deprimido. Goldman Sachs calcula que a mediados de año la economía puede volver a crecer a una tasa del 4%, aunque considera probable que perderá fuerza en los meses finales.

Otro de los aspectos que empiezan a preocupar a los economistas es la neumonía atípica, que afecta sobre todo a los países asiáticos, que, junto con las medidas de lucha contra el terrorismo, están influyendo negativamente en las transacciones comerciales, según reconocieron ayer los expertos de la Organización Mundial de Comercio (OMC).

Según el informe anual de la OMC, el comercio mundial, que comenzó una ligera recuperación el año pasado al crecer un 2,5%, afronta un periodo de incertidumbre económica, agravado por la posible extensión de la neumonía atípica. El director de la división económica de la OMC, Patrick Low, dijo que "resulta difícil establecer los efectos que tendrán en la economía" tanto la neumonía como las medidas antiterroristas.

Sin embargo, precisó que este tipo de incertidumbres "modera el comportamiento en los consumidores, cambia las expectativas y genera actitudes conservadoras en áreas como los viajes que tienen un efecto influyente en la actividad económica".

Uno de los expertos en cuestiones de comercio internacional de la OMC, Michael Finger, precisó acerca de los problemas derivados de la neumonía y advirtió de que "si se extiende por toda China, las consecuencia podrían ser dramáticas y sin lugar a dudas tendría repercusiones en el comercio" tanto interno como regional y global.

Alan Greenspan conversa con George Bush en una imagen de archivo.

 / REUTERS
Alan Greenspan conversa con George Bush en una imagen de archivo. / REUTERS

Greenspan acepta seguir

El presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, anunció ayer que aceptaría un nuevo mandato al frente de la Fed si el presidente, George W. Bush se lo propone.Unas declaraciones que son respuesta a las realizadas el pasado martes por Bush al invitar al Greenspan a consumir un nuevo mandato al frente de la política monetaria.

La confirmación de Alan Greenspan como presidente de la Reserva Federal por George Bush tiene por objeto introducir un elemento de tranquilidad en los mercados, afectados desde 2001 por un enfriamiento de la economía que lo que menos necesita es un nuevo factor de incertidumbre.

"El presidente cree que ha hecho un muy buen trabajo dirigiendo la economía y garantizando que seguimos las políticas monetarias adecuadas", dijo luego Ari Fleischer, el portavoz presidencial.

En fecha no determinada, Bush le extenderá oficialmente el mandato hasta enero de 2006, cuando concluye su improrrogable presencia como miembro del consejo de la Fed.

Quien ocupa el que pasa por ser el segundo puesto más importante de Washington es un republicano moderado que ha trabajado con cuatro presidentes (Reagan, que le hizo presidente en 1987, Bill Clinton y los dos Bush).

Los republicanos más duros le reprochan que no aligerara la palanca monetaria en la recesión que costó el cargo a Bush padre y volvieron a irritarse en febrero cuando Greenspan expresó dudas sobre la necesidad del recorte de impuestos de 726.000 millones pedido por George W. Bush.

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