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El alcalde de Almoradí presiona a inmobiliarias para que no vendan pisos a inmigrantes o gitanos

Un empresario grabó la conversación donde el primer edil le hizo las "recomendaciones"

El alcalde del PP en Almoradí (La Vega Baja), Antonio Ángel Hurtado, ha presionado a las inmobiliarias de esta localidad de unos 14.000 habitantes para que no vendan casas a "gitanos y moros". La reprimenda que recibió del alcalde el dueño de una inmobiliaria, Ulises García, por vender una casa a una familia gitana, quedó grabada. Hurtado admitió ayer que se ha reunido con cinco agentes inmobiliarios, pero matizó que sólo les aconsejó que no vendieran casas a "miembros de mafias organizadas o a delincuentes" como modo de evitar incidentes.

Durante la reunión, que se prolongó durante más de media hora, el alcalde instó al empresario a "evitar las transacciones o las compras en este pueblo para este tipo de gente". Luego le reprochó: "¿Te gustaría tener a ti un vecino moro o gitano o de este tipo de gente?"; y más tarde concluyó: "Yo, por tratar esto no voy a parar. Voy a hacer lo que estoy haciendo, una inspección esta tarde y ver si cierro casi todos los locales de moros que pueda".

En este pueblo se registró un episodio de racismo en junio de 2000 -el asunto está vivo en los tribunales, con seis acusados-, cuando un nutrido grupo de vecinos atacó el barrio gitano incendiando varias casas.

El alcalde acusa en concreto al empresario que ha grabado la conversación de haber vendido una casa a una familia de gitanos. El propietario de la inmobiliaria justificó que la denuncia pública de estos hechos se debe a "una cuestión de conciencia social". Explicó que nadie puede determinar quién tiene derecho o no a una casa digna y que el alcalde no puede decidir a quién se le vende una vivienda. "Si hay problemas de convivencia o alguien no conoce las normas básicas de urbanidad, se le puede enseñar", comentó García.

El alcalde citó al empresario en su despacho a finales de enero para recriminarle que su inmobiliaria vendiera un apartamento a los familiares de J. H. F, de 33 años, de etnia gitana, que en mayo del pasado año acabó de un tiro con la vida de su esposa, en el pueblo vecino de Benejúzar.

"Hay que tener huevos al traer aquí a una familia de esos que vienen de Benejúzar, tras un escándalo como ese y meterla en un bloque de pisos", afirma el alcalde. Y añade: "Es que sólo vais a traer a maleantes de este tipo (...)".

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Convivencia

Hurtado aseguró ayer que habló con el empresario para "pedirle" que evitara la venta de pisos a "personas que sepa que están involucradas con mafias organizadas o a delincuentes". No obsante, reconoció que, en su opinión, muchas familias de gitanos y de inmigrantes reinstaladas en el pueblo causan problemas de convivencia, debido a que no conocen las normas básicas de urbanidad.

En la grabación el alcalde alecciona al empresario: "(...) miréis muy bien a la hora de vender o alquilar pisos. ¿Y que a qué me estoy refiriendo?: a inmigrantes y a alguna otra gente a nivel de convivencia, como los gitanos que tenéis en los pisos del edificio de la Peña Madridista".

Almoradí fue escenario en junio de 2000 de un incidente de tintes racistas: dos viviendas de familias gitanas fueron incendiadas durante una manifestación convocada contra la inseguridad ciudadana, tras la muerte a cuchilladas de un joven de 22 años.

Hurtado recordó ayer estos hechos y aseguró que son este tipo de altercados los que pretende evitar con las "recomendaciones a algunos propietarios de inmobiliarias de que no vendan a personas vinculadas con la mafia o a delincuentes". Y aclaró, en contra de sus palabras grabadas, que no se refería a inmigrantes o gitanos, sino a delincuentes. Hurtado, conocedor de la existencia de la grabación, aseguró que muchas de las manifestaciones recogidas en la cinta grabada por el empresario son comentarios de una conversación informal, a los que quitó importancia. Según el alcalde de Almoradí, el pueblo "debe conocer cuál es mi postura: que no se permita la entrada a delincuentes en el pueblo, no a inmigrantes o gitanos para no tener los problemas de inseguridad de Torrevieja u Orihuela".

Sin embargo, en uno de los episodios de la grabación, el alcalde alecciona al empresario sobre cómo debe hacer frente a los propietarios de viviendas que quieren vender a moros o gitanos. "Si no, claro, yo [el propietario de la casa] le vendo la casa por cinco millones al moro, sin importarme el moro cómo es o el del país del Este cómo es, ni nada. Yo me voy, y luego a criticar la Ley de Extranjería".

El alcalde considera en la grabación que la proliferación de inmigrantes y gitanos en la localidad es responsabilidad de la gestión de las inmobiliarias, que no tienen en cuenta a qué tipo de personas venden las viviendas. Hurtado, a lo largo de la conversación con el empresario, apela a la responsabilidad y a la solidaridad de los vecinos de Almoradí para que no vendan sus viviendas a cualquiera, incluso, aún perdiendo dinero. "Esto es como el que ensucia un solar de atrás de su casa y luego se queja", añadió el alcalde.

El problema, según Hurtado, es que "se ha dejado entrar y han entrado todos".

"Patera que pase, zambombazo"

El alcalde de Almoradí, Antonio Ángel Hurtado, ofrece a lo largo de la conversación con el empresario de la agencia inmobiliaria varias recetas para solucionar el problema de la inmigración. Según el primer edil popular de Almoradí, "al Partido Popular le han faltado huevos para poner ahí, en el Estrecho, una tira de fragatas y, patera que pase, zambombazo. Como pasaran de ahí, zambombazo y a tomar por culo". Con una población censada de 14.334 personas, en Almoradí residen más de 600 personas procedentes del norte de África, fundamentalmente de Marruecos y Argelia. Además, existe una población de otros 200 ciudadanos de la Unión Europea y otros tantos suramericanos, según fuentes municipales. A esta situación se suma una comunidad gitana que se ha reducido tras los incidentes de mediados de 2000 en la barriada de La Cruz de Galindo. Las mismas fuentes aseguran que la convivencia es muy buena y que todas las comunidades viven en paz.Sin embargo, en La Cruz de Galindo se quemaron varias casas gitanas en junio de 2000, tras una manifestación contra la inseguridad ciudadana, la venta de droga y contra la muerte a puñaladas de un joven de 22 años. La Guardia Civil detuvo a seis jóvenes de edades comprendidas entre los 18 y los 22 años como autores del incendio. La juez ha procesado a los seis acusados por delito de incendio en casa habitada y otro de racismo y xenofobia. El acusado fue juzgado en diciembre y condenado a más de 13 años de prisión por un jurado popular. En los altercados de La Cruz de Galindo también fueron agredidos varios marroquíes y se produjeron destrozos en varios vehículos, propiedad de inmigrantes africanos.El alcalde, a lo largo de la grabación, apela a la masiva llegada de inmigrantes para evitar la venta de viviendas. La presencia de población magrebí explica "lo que dijo un moro: nosotros hemos venido en patera, vamos a ver cómo os vais", en relación a los españoles. Además, el alcalde recordó al empresario las palabras de un vecino: "Me dijo que le diría a la Policía Local que el policía que no viniera con 300 cabelleras de moros o del Este bajo el brazo a final de mes iría a la calle".

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