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AMENAZA DE GUERRA | Las pruebas contra Sadam

EE UU tiene dificultades para relacionar a Irak con Al Qaeda

Blix asegura que no hay pruebas de que existan contactos entre Sadam y Bin Laden

El punto más débil de la presentación que el miércoles llevará a cabo ante la ONU el jefe de la diplomacia estadounidense, Colin Powell, será demostrar que Sadam ha apoyado a Al Qaeda. Desde el 11-S, Washington ha tratado de relacionar, sin mucho éxito, a Irak con grupos próximos a Osama Bin Laden. Pese a los intensos esfuerzos desplegados en los últimos meses por el espionaje, EE UU no parece haber encontrado rastros de una conjura entre sus dos enemigos.

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"Fuentes de los servicios de espionaje, comunicaciones secretas y declaraciones de personas bajo custodia revelan que Sadam ayuda y ampara a terroristas, incluidos los miembros de Al Qaeda", dijo Bush en su discurso sobre el estado de la Unión. "Sabemos que existen vínculos entre Al Qaeda e Irak, pero no podemos estar seguro de la importancia de estos vínculos", repitió al día siguiente el primer ministro británico, Tony Blair.

Lo cierto es que el único eslabón que EE UU ha podido encontrar entre Irak y Al Qaeda es Abu Musab Zarqawi, un cuidadano jordano experto en armas químicas y miembro de Ansar al Islam, un grupo próximo a Bin Laden. Pero lo único que se sabe es que Zarqawi fue atendido en un hospital de Bagdad a finales del 2001, donde se le amputó una pierna. Ahora seguiría operando desde su base en el territorio iraquí kurdo.

El jueves, el subsecretario de Estado, Richard Armitage, le relacionó con el asesinato hace cuatro meses de Laurence Foley, un funcionario de la Embajada estadounidense en Ammán (Jordania). EE UU también piensa que tiene lazos directos con una célula terrorista detenida recientemente en Londres. Powell, aseguraba ayer The Wall Street Journal, hablará de Zarqawi el miércoles.

El pasado octubre, el jefe de la CIA, George Tenet, mandó una carta al Comité para Asuntos de Espionaje del Senado asegurando que Irak había entrenado a miembros del Al Qaeda en la "fabricación de bombas convencionales y en el uso de gases venenosos". Pero Paul Wolfowitz, subsecretario de Defensa, reconoció que no disponían de pruebas fehacientes que respaldaran tales teorías.

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Por esas fechas, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, creó una célula especial del Pentágono dedicada a buscar pruebas entre Irak y Al Qaeda. La presión ha sido tal que ciertos sectores de los servicios secretos llegaron a quejarse en los periódicos, siempre de forma anónima, de la "manipulación" del Gobierno. "Están politizando la información de los analistas", declaró en octubre a The Washington Post Vincent Cannistraro, ex responsable de la lucha antiterrorista en la CIA.

Hans Blix, el jefe de los inspectores de la ONU, aseguró en una entrevista publicada ayer en The New York Times que no veía relación entre Sadam y Bin Laden. "Hay otros países donde las conexiones son más fuertes", dijo Blix. También refutó las acusaciones que el Gobierno estadounidense ha proferido en los últimos días: negó que los inspectores estuvieran infiltrados por espías iraquíes o que miembros de los servicios de espionaje de Sadam se hicieran pasar por científicos y dijo no tener constancia de que las instalaciones inspeccionadas fueran "limpiadas" antes de la llegada de los equipos de la ONU. "Cualquier cosa que digamos será utilizada por algunos", reconoció Blix. "No confeccioné mi informe para responder a los deseos políticos de Bagdad ni de Washington".

Otros muchos han negado que pueda existir una auténtica cooperación entre Bin Laden y Sadam. "Ideológica y lógicamente, los dos hombres no pueden trabajar juntos", comentaba recientemente en una entrevista con Associated Press el general Hamid Gul, ex jefe de los servicios secretos paquistaníes. "Bin Laden y sus hombres saben que Sadam ha matado a cientos de militantes islamistas", refiriéndose a la represión del Gobierno iraquí contra la mayoría shií y la oposicíón kurda.

Lo reconoció el propio Tenet en marzo ante el Congreso. "Sus conexiones pueden ser limitadas debido a ideologías divergentes, pero el hecho de que compartan las mismas antipatías hacia EE UU y la familia real saudí puede llevar a una posible cooperación táctica".

Un soldado iraquí, ayer, tras un retrato de Sadam Husein.
Un soldado iraquí, ayer, tras un retrato de Sadam Husein.REUTERS

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