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Signos

El creador de un partido de masas

Un libro reúne discursos y artículos del líder comunista sevillano José Díaz

Hijo de panadero y cigarrera, joven militante anarquista de la CNT, organizador de paros y huelgas, integrante de un grupo terrorista de ideología anarco-sindicalista, víctima de las cárceles y torturas de la policía de Primo de Rivera, converso a la fe comunista y entusiasta de un proyecto político que abogaba por un futuro de justicia e igualdad, promotor del Frente Popular que unió y dio la victoria electoral a republicanos, comunistas y socialistas en los comicios de 1936, líder fundamental de la causa de la República durante la Guerra Civil...

La figura del político José Díaz (Sevilla, 1896-Tbilisi, Georgia, Unión Soviética, 1942) tiene tintes novelescos. La suya es una vida marcada por las luces y sombras políticas del siglo XX. El idealismo y la confianza en el ser humano se entremezclan con el recurso a la violencia y la incapacidad de llegar a compromisos y acuerdos con determinados adversarios (partidos de la derecha y el centro y, posteriormente, los comunistas trotskistas del POUM). Su suicidio tras años de dolorosa enfermedad en la Unión Soviética gobernada por Stalin mientras las tropas nazis parecían invencibles añadió un colofón trágico a su vida.

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Promotor del Frente Popular

La Fundación de Investigaciones Marxistas ha publicado en Sevilla el libro José Díaz. La pasión por la unidad. Esta obra reúne una selección de discursos y artículos del político sevillano escritos entre 1935 y 1938, un periodo clave en su actividad. La candidata a la alcaldía sevillana por Izquierda Unida (IU), Paula Garvín, se ha encargado de seleccionar los textos. El libro está prologado por Francisco Frutos, ex candidato a la presidencia del Gobierno por IU.

"Queríamos recuperar la memoria de José Díaz. Vimos que sus escritos cuadraban con el momento actual. José Díaz no está tan anticuado. El ascenso del fascismo y las medidas totalitarias son hoy una realidad en Europa. Sólo hay que ver lo que hace Bush", explica Garvín. "¿Qué tipo de libro nos propusimos hacer? Lo mejor era que hablase él. He seleccionado los discursos clave; los textos que ayudan a entender la historia de España", agrega la candidata a la alcaldía.

Garvín recuerda la propuesta del Frente Popular como uno de los logros esenciales de José Díaz. E insiste en que las relaciones entre comunistas y anarquistas no tuvieron el sesgo cainita que aparece en los libros de historia. "No éramos tan enemigos como cuenta Ken Loach en Tierra y libertad. [Comunistas y anarquistas] nunca hemos sido enemigos. A José Díaz lo que más le movía era la unidad de acción. Entró a formar parte del secretariado de la CNT con 18 años. Era un crío. Luego fue a Madrid a hacer algo oscuro: muchos dicen que fue a atentar contra Alfonso XIII. No hay datos claros. En la cárcel le dieron una paliza enorme, de la que dicen que vino la dolencia que le llevó a la muerte", relata. En 1927 ingresó en el Partido Comunista (PCE). José Díaz convirtió lo que era un grupo minoritario en un partido de masas.

"De su trato con comunistas en la cárcel a José Díaz le vino la convicción de evolucionar al PCE. El grupo comunista que había en Sevilla era muy sectario. La impresión que daban los comunistas de Sevilla era la de ser cuatro pirados. José Díaz cambió esta situación. Lo bonito de esto es que, junto a Pepe Díaz, hubo un colectivc muy valioso de comunistas en Sevilla: Saturnino Barneto, Manuel Delicado, Antonio Mije... Son personas cuya memoria habría que recuperar", señala Garvín.

"José Díaz abogaba por el partido de masas. El PCE debía ser, a su juicio, no un partido de vanguardia, sino de masas. Su actitud política no era fría y calculada. Era una actitud pasional y, por eso, llegaba al corazón de la gente. Su origen obrero -su padre era panadero y su madre, cigarrera- fue decisivo en su postura. Le dieron la teta en la Fábrica de Tabacos. Se crió en un corral de vecinos. Amaba al pueblo", añade.

En 1932 fue nombrado secretario general del PCE. Durante su mandato el PCE pasó de tener un puñado de militantes a decenas de miles de afiliados. Ante el avance del fascismo apostó por unir a los partidos de izquierda en el Frente Popular. Tras la victoria electoral de esta coalición en 1936, José Díaz advirtió al Gobierno de la inminencia de un golpe de Estado. La rebelión de Franco dio origen a la Guerra Civil, donde José Díaz jugó un papel decisivo. "Antes de que acabara la Guerra Civil fue a París a que le intervinieran. Estaba muy enfermo. La tristeza de haber perdido la guerra le reconcomía por dentro. Creo que se suicidó porque no pudo superar la derrota", concluye Garvín.

La guerra y la revolución

José Díaz no desempeñó ningún cargo de gobierno durante la Guerra Civil. Sin embargo, su liderazgo en el PCE le dio una enorme influencia en las decisiones del Frente Popular. En 1937 el PCE constituía una temible fuerza bélica: de sus 249.000 afiliados, más de la mitad combatían en el frente. José Díaz insistió en la defensa de la democracia republicana y la unidad del Frente Popular. A diferencia de los anarquistas, apostaba por ganar la guerra y, luego, hacer la revolución. "José Díaz no abogaba por que pudiéramos llegar al socialismo en tres días. Primero, ganar la guerra, y luego vendría la revolución. Pensaba que si no se ganaba la guerra, todo estaría perdido", explica Paula Garvín.

"José Díaz sostenía que lo principal era ganar la guerra porque si no se producía la victoria, iba a haber una entente cordiale. Si España permanecía neutral en la II Guerra Mundial, iba a ser difícil intervenir en un país neutral. José Díaz no perdonó nunca la no intervención de Francia e Inglaterra cuando Italia y Alemania estaban ayudando al bando franquista", señala Garvín.

Las diferencias entre anarquistas y trotskistas, por un lado, y comunistas, por otro, quedaron de relieve en mayo de 1937 con los enfrentamientos armados de Barcelona. Medio millar de muertos dan cuenta de la ferocidad de los combates. Estos sucesos acarrearon la desgracia del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM). José Díaz presionó al presidente Negrín para que disolviera el POUM. José Díaz acusaba a este partido trotskista de contrarrevolucionario y dependiente del fascismo internacional. Andreu Nin, dirigente del POUM, fue asesinado por agentes soviéticos.

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