Dos horas para repasar el acta de la declaración
El alcalde de Castellón estuvo presente en la declaración que su "compañero" de querella, el empresario Luis Batalla, realizó ante el juez. Es un procedimiento, aunque perfectamente correcto, bastante inusual. Gimeno permaneció durante cinco horas entre la sala de vistas y el despacho del juez, donde invirtió cerca de 120 minutos en repasar el acta en la que se recogen las declaraciones.
Gimeno quiso dar a su comparecencia judicial un carácter de "normalidad". Por ello, pese a los distintos y diversos planteamientos sobre la estrategia a seguir, finalmente, optó por entrar en el Palacio de Justicia por la puerta principal y pocos minutos antes de la cita judicial. Allí llegó acompañado por su abogado, presidente del colegio profesional castellonense, Vicente Falomir, y el hijo de éste, Fernando Falomir, con quien comparte despacho. Además, le acompañaba su hijo menor, al que se unió, durante unos minutos, otro hermano, y su jefe de gabinete que trató de extender ese carácter de normalidad al anunciar que Gimeno hablaría a los periodistas una vez finalizada la declaración porque "no hay nada que esconder".
No hubo ni un solo pasillo en el que no se comentara la presencia del más alto representante municipal. Incluso fueron unos cuantos los que se acercaron a "mirar" para observar de cerca "el asunto del día". Funcionarios y usuarios tuvieron la comparecencia como principal tema de conversación.
Por su parte, Luis Batalla, también decidió no eludir la imagen de su entrada en el juzgado, aunque, al parecer sin premeditación, sí lo hizo a la salida. Batalla acudió acompañado de un letrado del servicio jurídico de la empresa, Manuel Giner, y de otro abogado, Fernando Badenes, cuyos servicios solicitaron dada la importancia o trascendencia del caso.
