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La nieve y el hielo mantienen aisladas a unas 2.000 reses en la sierra de Baza

La nieve y el hielo mantienen aisladas a unas 2.000 cabezas de ganado ovino en la sierra de Baza. El ganado había sido autorizado por la Consejería de Medio Ambiente a regresar a las zonas más cálidas hace una semana, la víspera de las fuertes nevadas que han causado múltiples contratiempos en esta comarca del noreste de Granada, tras superar una cuarentena originada por un brote de epizootia de brucelosis. La mayoría de los intentos para llegar a los apriscos ha resultado un fracaso.

Serafín Cano Martínez, un pastor trashumante de Baza, trató ayer de llegar en un tractor hasta el pie del Calar de Santa Bárbara donde permanecen confinadas las 250 ovejas de su cabaña. El sábado pasado logró llegar hasta los animales y proveerlos de algunas ramas para el sustento pero a costa de un esfuerzo casi heroico. Su vehículo todoterreno quedó bloqueado a mitad del camino, en el cortijo de Santa Olalla, y tuvo que recorrer a pie seis kilómetros a través de senderos con sesenta centímetros de nieve. Un centenar de sus ovejas está criando y durante unos días se quedaron sin agua ni alimento.

Pastos de montaña

La trashumancia es una práctica tradicional entre los pastores de Baza. El ganado suele subir en primavera los pastos de la montaña y regresa a comienzos de noviembre. Sin embargo, el año pasado, Medio Ambiente detectó en los análisis de sangre rutinarios con que controla la salud del ganado, un brote de brucelosis que aconsejó la inmovilización de los rebaños sospechosos.

La retención fue levantada hace alrededor de una semana, justo unos días antes de que la ola de nieve y frío convirtiera las trochas y los caminos de la sierra en itinerarios imposibles. Cuando los ganaderos decidieron ir en busca de sus ovejas se encontraron con que era imposible llegar hasta los rediles donde el ganado permanecía aislado, sediento y sin comida.

La Asociación proyecto Sierra de Baza divulgó ayer una nota informativa en la que reclama a la Administración socorro para los pastores que, como Serafín Cano, corren el riesgo de perder su rebaño. Este es el caso también de Manuel Rodríguez González, un pastor residente en la pedanía de Baúl que pastorea con su rebaño en el Calar de los Tejoletos, en el macizo central de la sierra de Baza.

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Todos los intentos que ha hecho hasta ahora por aproximarse a su ganado a bordo de vehículos todoterreno han sido inútiles. Sus ovejas viven ahora al albur de una meteorología especialmente cruel que ha alcanzado en los últimos días hasta catorce grados negativos. También hay ganado aislado en la zona de Cascajar (en la población de Gor) sin que hasta ahora hayan recibido auxilio.

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