Jean Leon: vida exagerada
Hay vidas que parecen haber sido vividas como una novela; o mejor dicho, como si el protagonista fuera consciente de que más tarde o más temprano saldría de su vida una novela. La de Jean Leon es un buen ejemplo de ello. Este español que vivió entre 1929 y 1996 consiguió triunfar en Hollywood, donde regentó un restaurante de éxito y vio como en 1981 el presidente Ronald Reagan elegía su vino del Penedès, el Jean Leon, para los banquetes de su investidura en Washington. ¿Qué había hecho Jean Leon para merecer esto? Un libro del periodista Sebastián Moreno, Jean Leon. El rey de Beverly Hills (Ediciones B), da las claves de este éxito. Lo primero que sorprende de Jean Leon es que no se llamaba así. Había nacido en Santander en 1929 y se llamaba en realidad Ángel Ceferino Carrión Madrazo, pero los azares de la vida, junto con unos toques imprescindibles de picaresca, lo llevaron al éxito en Estados Unidos con el nombre de Jean Leon.
Jean Leon fue una de las últimas personas que vio viva a Marilyn Monroe, a quien llevó personalmente una cena
En 1941, cuando tenía sólo 12 años, se trasladó con su familia a Barcelona y ahí empezó su vida aventurera. La muerte de su padre lo lanzó muy pronto al trabajo y, tras un tiempo como planchista en la Pegaso, en 1947 decidió ir a probar suerte a Francia. Cruzó los Pirineos andando y trabajó de camarero y de lo que salía al paso. Eran tiempos duros y no podía elegir. Dos años después quiso probar suerte en Estados Unidos y se coló en la bodega de un barco que zarpaba de El Havre. Ceferino Carrión (el futuro Jean Leon) llegó a Nueva York con poco dinero y sin tener ni idea de inglés. A los pocos días, quizá para dar más emoción a este capítulo de su vida, mientras dormía en un banco le robaron la documentación. Al renovar los papeles, cambió su nombre por el de Justo Ramón León, que con el tiempo evolucionaría hacia el afrancesado Jean Leon. Durante unos meses, trabajó de recogeplatos en el Rockefeller Center, pero cuando quisieron movilizarle para la guerra de Corea, optó por poner tierra por medio e irse a California. Allí conoció a José Cansino, tío de Rita Hayworth, que tenía un estudio de baile flamenco. Se hizo amigo de él y también de Rita. Mientras trabajaba de camarero en el Villa Capri, Jean Leon conoció a algunas estrellas del cine, como Gary Cooper, Paul Newman, Clark Gable, Liz Taylor, Natalie Wood y Barbra Streisand. Una de sus anécdotas más famosas de esta época guarda relación con Frank Sinatra. El cantante se vio inmerso en un asunto turbio -agredió al presunto amante de la mujer de un amigo- y Jean Leon atestiguó en su defensa que ambos no se habían movido del restaurante. Sinatra y sus amigos supieron agradecérselo. Cuando era camarero en el Villa Capri, Jean Leon trabó amistad con James Dean. Se hicieron tan amigos que en 1955 proyectaron fundar juntos un restaurante, pero el 30 de septiembre de ese año Dean murió al volante de su Porsche y los planes se fueron al agua. Dos años después, sin embargo, en 1957, Jean Leon pudo por fin fundar en Beverly Hills La Scala, el que se convertiría en restaurante de las estrellas de Hollywood. Su cocina mediterránea y su ambiente afrancesado consiguieron un éxito fulminante y en sus mesas podía verse a Warren Beatty con Joan Collins, a Nathalie Wood con Robert Wagner y a Truman Capote con Marilyn Monroe. En la carta no tardaron en aparecer homenajes a los clientes más asiduos y podían encontrarse por ejemplo unos fettuccini a la Marilyn, la granadina de buey a lo Paul Newman, el pollo a lo Dean Martin y los scalopini Sal Mineo... A Liz Taylor, por cierto, le gustaban tanto los canelones de La Scala que en alguna ocasión se los hizo enviar por avión al hotel Savoy de Londres.
Jean Leon organizaba grandes fiestas en su casa de Malibú y no tardó en hacerse amigo de muchas estrellas. Además de los nombres ya citados, pasaron por su restaurante Billy Wilder, Ernest Hemingway, Orson Welles, Marlon Brando, James Stewart, Xavier Cugat y un largo etcétera de famosos. Los que más bebían, fieles a su papel de duros de la pantalla, eran John Wayne y Lee Marvin. Un episodio mítico, la muerte de Marilyn, también guarda relación con el restaurante. La noche anterior a su muerte, el 4 de agosto de 1962, Marilyn Monroe, que iba casi todos los días a La Scala en los últimos meses de su vida, llamó al restaurante para que le mandaran la cena a casa. La llevó Jean Leon en persona, que fue una de las últimas personas que la vieron con vida.
En España, el nombre de Jean Leon no empezó a ser conocido hasta 1981, cuando Reagan eligió su vino para los banquetes de investidura. No es que los gustos de Reagan en la mesa inspiraran mucha confianza, pero su opción sirvió como mínimo para que la gente se fijara en aquel español que triunfaba en Estados Unidos. El vino Jean Leon, criado y embotellado en el Penedès, fue su carta de presentación en España.
La aventura vinícola de Jean Leon empezó, cómo no, en el restaurante La Scala, donde en los años cincuenta conoció al doctor Maynard Andrew Amerine, profesor de Viticultura y Enología en la Universidad Davis de California. Jean Leon se inscribió en uno de sus cursillos y empezó a buscar dónde podría plantar una viña. Empezó por California y pasó después a Francia, pero los elevados precios hicieron que acabara inclinándose por el Penedès. "Me decidí por el Penedès", cuenta en el libro citado, "gracias a un consejo del profesor Amerine. Me dijo que Cataluña era el lugar propicio para plantar mis viñedos, por las características climáticas, por su orientación geográfica, por la cercanía del mar y por las cualidades de su tierra, entre otras razones técnicas". En 1962, durante unas vacaciones en la Costa Brava, Jean Leon visitó varias fincas, hasta que encontró la que buscaba en Pla-Torrelavit, en el Penedès. Compró 150 hectáreas, plantó la variedad francesa cabernet sauvignon y el enólogo Jaume Rovira se hizo cargo de la elaboración del vino. La primera cosecha llegó en 1969 y 24 años después, en 1993, la prestigiosa revista Wine eligió entre los 10 mejores del mundo su cabernet sauvignon de 1983. Jean Leon había conseguido una vez más culminar un sueño digno de Hollywood. Murió en 1996, en Los Ángeles, pero su nombre sigue siendo una referencia en Estados Unidos.
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