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Antonio Canales presenta su "escandalosísimo" 'Minotauro' en Barcelona

El bailaor y coreógrafo asegura que "el purista tiene que vivir con su tiempo"

Minotauro es el título del último espectáculo del bailaor y coreógrafo Antonio Canales. Su producción más reciente y la primera que aborda en solitario, sin patrocinio de ningún tipo, porque no quiere estar condicionado por más intereses que los propios. Lo estrenó el pasado mes de septiembre en la bienal de flamenco de Sevilla y desde entonces lo ha presentado sólo en Girona, en el festival Temporada Alta. Mañana se presenta en el teatro Novedades de Barcelona, donde estará en cartel hasta el 19 de enero. Y espera no dejar a nadie indiferente. Quizá porque, como él mismo dice, es un espectáculo "escandalosísimo", con el que empieza nueva etapa.

El bailarín presenta su nuevo espectáculo en el teatro Novedades entre el 9 y el 19 de enero

"Minotauro es escandaloso porque toca temas, como el maltrato psicológico a las mujeres, que el flamenco evita por pudor", explica el coreógrafo. "Es hiriente, pero mola porque hace reflexionar y eso es algo que hace falta", prosigue. Y aunque no lo diga abiertamente, lo es también porque lo ha creado desde un concepto de vanguardia, poco complaciente con los defensores del inmovilismo del género, sin que por ello lo considere menos purista. "La vanguardia, lo contemporáneo, es lo que ocurre ahora. Y dentro de la vanguardia, es purista. El purista tiene que vivir con su tiempo, el que mira hacia atrás es retrógrado".

En cuanto a la nueva etapa de la que habla Antonio Canales, se refiere a que "siempre hasta ahora había tenido la presión de un productor, de un empresario, a los que tienes que amoldarte". Y lo aclara: "A mis 41 años y con más de 50 producciones, ya me toca empezar a hacer el camino que quiero hacer".

En el espectáculo, Canales ha trasladado el mito del Minotauro a la época contemporánea. Su protagonista es un hombre que se encuentra metido en el laberinto del alcohol. "Es un paso más en el flamenco, para que la gente pueda disfrutar de la danza más allá del glamour, que no le beneficia para nada", afirma el artista. Canales es un enamorado de la mitología y la ha abordado en otros espectáculos, como Prometeo, con el que en 2000 inauguró el festival de teatro clásico de Mérida. En su opinión, "la mitología era la telenovela de antes, todos los dioses están emparentados", y aprecia su carácter imperecedero, "como todas las cosas de la cultura griega".

Minotauro es la primera parte del espectáculo que podrá verse estos días en Barcelona; la segunda es una antología flamenca en la que, entre otros palos, ofrece a los espectadores la ocasión de verle bailar por tangos, "algo que al público le gusta mucho". Es un programa en dos registros muy distintos, que arranca desde una visión muy personal del flamenco y transcurre luego por caminos más convencionales. Así, dice, habrá espectáculo para todos los gustos. Juan de Juan, Paul Vaquero, Mónica y Sonia Fernández son algunos de los bailaores que le acompañan en el escenario. De Juan, para muchos el heredero natural de Canales, ha sido también su ayudante de coreografía en este espectáculo que se creó en Alemania y que inicia ahora una andadura por diversos países, amén de una gira por España.

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En los últimos tiempos, Antonio Canales ha debutado en artes distintas a la danza, con su participación en diversas películas y la publicación de su primera novela, Sangre de albero. Asegura que piensa repetir en ambos terrenos. En cine tiene previsto un papel secundario -"me llega mucho cine, pero malo. No me importa hacer un secundario si el guión es bueno"- dando vida a un personaje ciego en la nueva película de Tony Gatlif, quien le dirigió en Vengo, su debut cinematográfico. En cuanto a la novela, explica que no piensa abandonar la literatura. "Desde siempre me ha gustado escribir, me apetece bailar con las palabras porque he descubierto que tienen un valor incalculable", afirma.

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