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El centenario de Sebastià Juan Arbó llega a la Biblioteca de Catalunya

De Azúa, Castellet, Mendoza y Molas rinden homenaje al escritor

Conocido como el Dostoievski de la literatura catalana; "escritor obrero", según Josep Maria Castellet; existencialista avant la lettre, a juicio de Félix de Azúa; expresionista e innovador en los años treinta, a decir de Joaquim Molas, y mantenedor de una larga tradición de novela realista, en palabras de Eduardo Mendoza. Sebastià Juan Arbó nació en Sant Carles de la Ràpita en octubre de 1902. El centenario de su nacimiento llega ahora a Barcelona en forma de exposición en la Biblioteca de Catalunya.

La inauguración de la exposición, que permanecerá abierta durante el próximo mes, estuvo precedida el pasado jueves por una mesa redonda organizada en la Biblioteca de Catalunya por la Asociación Colegial de Escritores de Cataluña. Quizá con demasiado poco tiempo para resumir la larga trayectoria de Arbó -también traductor, periodista y biógrafo-, los cuatro ponentes -Castellet, De Azúa, Molas y Mendoza- trazaron el perfil del escritor que dio forma a la geografía mítica de las tierras del Ebro.

Empezó Castellet, quien recordó que conoció a Juan Arbó en la Barcelona de los años cuarenta, antes de que le concedieran el Premio Nadal en 1948 por Las piedras grises. El futuro crítico y editor era un estudiante, y Arbó, un autor que "trabajaba en los cafés". Esa imagen de tenacidad, "ahora irrepetible", se convirtió para Castellet en la "imagen más típica de lo que puede ser un escritor". Una pluma de las que utilizaba Arbó puede verse, junto a unas gruesas gafas, en la exposición. Igualmente, la bicicleta con que el escritor recorría las tierras del Ebro para coleccionar historias y escuchar a sus gentes. Castellet subrayó la doble vertiente del autor que mostraba públicamente su labor y del investigador que elaboró cuatro biografías todavía vigentes, dedicadas a Jacint Verdaguer (reeditada recientemente por Planeta), Pío Baroja, Miguel de Cervantes y Oscar Wilde.

De Azúa repasó su obra en castellano y se centró sobre todo en Martín de Caretas y en La hora negra, última versión de las desesperadas Notes d'un estudiant que va morir boig. A juicio de De Azúa, el contenido de estas obras muestra a un "hombre rotundamente aislado de sí mismo, a pesar de sus esfuerzos por mantener el contacto con los demás". La "radical trituración anímica" del existencialismo, "cuya invención se atribuye a Camus y Sartre", aparece ya en la obra de Arbó en los primeros años treinta, un tiempo antes de la publicación de La náusea.

Tradición realista

Mendoza situó la trilogía sobre las tierras del Ebro de Arbó en una larga tradición de novela realista que llega, hoy en día, a Jesús Moncada, otro escritor del Ebro que quizá podría haber hablado también en la mesa redonda. Mendoza dijo que los personajes de Arbó viven su destino "más como una maldición que como una tragedia". Según Mendoza, Arbó fue heredero de la parte más pesimista de los autores de la generación del 98.

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Finalmente, Joaquim Molas destacó la obra del Arbó de la década de 1930, momento en que cultivó una narrativa "innovadora", sobre todo con Hores en blanc, primera derivación de las famosas Notes d'un estudiant que va morir boig. Molas atribuyó a esta obra una cualidad expresionista por su "discurso crispado, elíptico y deslavazado". Al margen de la filiación de Arbó con Dostoievski, Molas afirmó que el autor de Tino Costa se convirtió, en sus últimas obras, en un personaje "desanimado" y "leopardiano". También sitúo al autor en una de las más fructiferas generaciones de escritores en lengua catalana, integrada, entre otros, por Mercè Rodoreda, Llorenç Villalonga, Pere Calders y Salvador Espriu

La exposición repasa la trayectoria del escritor, desde su infancia vivida en una familia humilde hasta su desplazamiento a Barcelona cuando todavía era muy joven. En la exhibición pueden verse primeras ediciones de todas sus obras y las traducciones al francés, sobre todo, y al italiano. También testimonios de la fortuna crítica que recibieron sus trabajos, con textos de los autores Mercè Rodoreda y Néstor Luján. Editorial Columna publicó a principios de los noventa la obra completa en catalán del autor.

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