_
_
_
_
Reportaje:Un recorrido muy polémico | CATÁSTROFE ECOLÓGICA

Los tumbos del 'Prestige'

El petrolero eligió su rumbo de alejamiento y sólo fue corregido por las autoridades españolas cuando se acercó a la costa

El petrolero Prestige, cargado con 77.000 toneladas de fuel, sufre un accidente a las tres de la tarde del 13 de noviembre cuando navega a pocas millas de la costa de Finisterre. Desde que pide auxilio hasta que los remolcadores pueden enganchar sus cabos al barco pasan 21 horas en las que se acerca a sólo cuatro millas de Muxía.

Cuando los remolcadores enganchan al petrolero (12.40 del 14 de noviembre), el griego Apostolos Mangouras, capitán del Prestige, pone rumbo noroeste (330 grados) para alejarse de Galicia.

El Gobierno español, a través del director general de Marina Mercante, José Luis López Sors, y con la autorización del ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, decide que el barco se aleje al máximo de la costa. Quince horas después de que el Prestige se dirija al noroeste ayudado por los remolcadores, el capitán decide dar la vuelta y ordena rumbo 180 grados: al sur. Las autoridades españoles piden explicaciones y sólo consiguen una evasiva: "El capitán dice que tiene muchos problemas a bordo", según la cronología de los hechos registradas en el centro de Salvamento de Finisterre.

Más información
Un frente de fuel de 30 kilómetros se dirige a la costa
Los marineros vuelven a las tareas de limpieza tras un acuerdo con la Administración

Sólo 40 minutos después, el rumbo varía mínimamente a 160 grados, con lo que se aproxima más a la costa. El centro nacional de coordinación de Salvamento Marítimo reacciona a las 6.30 y ordena al Prestige "hacer un rumbo que no se acerque a más de 61 millas de la costa". El petrolero aclara que se dirige al sur porque "desde Francia" le han indicado "que se acerca mal tiempo". En ese momento varia su dirección para alejarse de la costa pero sigue hacia el sur.

Un día después de aquel cambio radical de rumbo, la autoridad española ordena al barco que siga hacia "aguas más tranquilas" en el sur y que "en ningún caso vaya hacia el norte ni hacia tierra".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El barco sigue su rumbo elegido, siempre apartado de la costa gallega, durante 24 horas, hasta que topa con Portugal.

Son casi las once de la noche del 18 de noviembre, el petrolero herido navega a 105 millas de Fisterra y a 120 millas de Corrubedo. Una patrullera portuguesa comunica al barco que no tiene autorización "para cruzar aguas de la zona económica exclusiva portuguesa". El Ría de Vigo, remolcador encargado por la administración pública del rescate del Prestige, le ordena poner rumbo 270 (al este) para no entrar en aguas portuguesas.

El gabinete de crisis creado por el Gobierno español para tomar decisiones sobre el Prestige ordena que se comunique al remolcador Ría de Vigo que está allí, junto al petrolero, como simple "observador de las autoridades españolas" y que si le vuelve a llamar la fragata portuguesa le diga que "contacte con el remolcador De Da [de la compañía holandesa encargada de su salvamento]".

Ocho horas después de aquel incidente, el barco se parte en dos antes de hundirse.

EL PAÍS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_