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La madrina del delator del secuestro de Olot le tilda de mentiroso total

Una prima de Feliu implica a Casals y Bassa en "otros secuestros"

La madrina de Francisco Evangelista, María Puche, se convirtió ayer en un torpedo en la línea de flotación del testimonio que sirve para incriminar a Joan Casals y Xavier Bassa en el secuestro de Olot. "Es un embustero que se cree las mentiras que dice", dijo Puche de su ahijado en la Audiencia de Girona. Conxita Feliu, prima de la secuestrada, sugirió que están implicados en otros secuestros, "pero no en éste"

Conxita Feliu declaró: "Yo creo que [Casals y Bassa] están implicados en otros secuestros, no en éste". Feliu no explicó en qué fundamenta esta opinión. Por su parte, María Ángeles Mariño, ex mujer de Joan Casals, repitió hasta 40 veces que no recordaba sus declaraciones incriminatorias. Lo que en sus anteriores testimonios eran papeles escritos por su marido referidos al secuestro de Olot, ayer se convirtieron en una carta de otra mujer que sirvió para provocarle un ataque de celos. Tras la insistencia del fiscal en definir el carácter de los papeles hallados por Mariño entre las cosas de su marido, ésta acabó por admitir que vio algún papel que hablaba de secuestro, pero no del de Olot.

La sesión de ayer fue pródiga en incidencias. Mariño interrumpió su declaración por "una crisis de ansiedad con hipotensión", según definición forense. Bassa sufrió un ataque de llanto y María Puche protagonizó una hilarante declaración. Entró a testificar con un manto liado a la cabeza, a modo de tuareg, bajo el que apareció otro disfraz: una aparatosa peluca pelirroja.

La testigo aseguró que Evangelista esperó un año a hacer públicas las sospechas que tenía sobre los dos acusados porque pretendía cobrar la indemnización que ofreció la familia Feliu a quien aportara alguna pista. "Se chivó por la propina esa que daban", explicó con desparpajo.

Conxita Feliu explicó el extraño papel que su familia le hizo desempeñar cuando descubrió que la esposa de Casals estaba alojada, al parecer por casualidad, en su hotel de Barcelona. Debía quedarse a su lado, anotar los teléfonos a los que llamaba y sonsacarle cosas que incriminaran a su marido. Feliu explicó que, cuando su confianza creció, le preguntó directamente si creía que Joan Casals estaba implicado en el secuestro de su prima. Le dijo que sí. La prima de la farmacéutica de Olot criticó con dureza a la Guardia Civil. Explicó que la investigaron como presunta secuestradora y que encarcelaron a María Ángeles Mariño con una "prueba falsa". La acusaron de imitar la voz de la secuestrada en una cinta, sabiendo que todos los familiares reconocían en ella la verdadera voz de Maria Àngels Feliu.

Luis Arnal, camarero de un bar de Barcelona frecuentado por Casals, Bassa y Evangelista, aseguró que el primero de ellos le preguntó si conocía a viejecitas adineradas para robarles obligándolas a firmar cheques.

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La madrina de Evangelista dijo que éste la llamó cuando detuvieron a Casals y Bassa y le dijo: "Ves como los han cogido, ves como era verdad lo que te conté...". Puche explicó que le respondió: "Tú lo que eres es un hijo de la gran puta". La testigo explicó que Evangelista participó en el programa La sonrisa del pelícano, donde se vertieron graves e infundadas acusaciones contra Feliu, movido por el dinero. Puche mantiene que Evangelista mintió sobre el secuestro porque los responsables el programa le pedían "más morbo".

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