Sensaciones distintas en ambientes 'cool'

Cambiando un tanto la inspiración jazz por el armazón de una correcta banda de soul o funk al uso, el grupo multirracial De Phazz regresó a nuestro país cuando, aún sin apagar los ecos del excelente álbum Death by chocolate, ya han editado un nuevo disco: Plastic love memory. Si bien en su anterior visita, realizada a una sala que les venía grande y donde, sin embargo, dejaron muy buen sabor de boca, este combo alemán basaba su propuesta en el easy listenig dirigida al baile y la frivolidad y la ligereza definían su espectáculo, en el concierto contemplado anteayer los argumentos han virado hacia una música más de verdad en la que, aun no aportando todo el calor del mejor soul a sus interpretaciones, sí ponen más carne en el asador.

La labor del vocalista Karl Frierson y sobre todo la de la encantadora dama de la canción Pat Apellton fueron especialmente meritorias, otorgándole al repertorio interpretado esa ambientación cinematográfica, cercana al lounge y a cierto gusto por lo retro con glamour que resulta manjar para paladares exquisitos. Por el contrario, la rigidez en su modo de tocar el repertorio con un grupo de músicos de verdad y sin depender tanto de programaciones o samplers hizo que su repertorio fuera menos sorprendente y un tanto más vulgarizado que la anterior vez que vinieron a tocar.

De entre las composiciones interpretadas cabe destacar su Mambo, todo un ejercicio de estilo, las hermosas Belle De Jour o Desert D'amour o la ambientada Nightmare. También es reseñable la cuidada puesta en escena, en la que, unida a la elegancia de los componentes del grupo, se sumó una proyección continua de imágenes en el telón de fondo. En el debe y el haber de De Phazz el saldo de lo ofrecido es positivo y les sigue situando en la línea de interés de aquel público que busca sensaciones distintas en ambientes cool.