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Interior: sin consejero / a

"Estábamos preparados para un consejero de Interior socialista, pero no nos podíamos imaginar la llegada de una consejera interina y provisional". Estas palabras muestran el estado de ánimo que ha generado el cambio de Gobierno de Mas entre los responsables y el sector de la seguridad en Cataluña.

Los socialistas catalanes hemos venido denunciando en los dos últimos años que los asuntos de seguridad están adoptando un cariz cada vez más preocupante en Cataluña. Hasta ahora teníamos un consejero que no asumía todas sus responsabilidades. Ahora la situación se vuelve más preocupante porque nos hemos quedado con una titular del departamento pero sin consejero, con una consejera interina. El anterior consejero sólo asumía las responsabilidades en los territorios donde la policía autonómica -los Mossos d'Esquadra- está desplegada, pero no lo ha hecho en los territorios donde aún no lo está. ¿Hay alguien capaz de entender que el consejero de Interior no quiera ejercer la máxima autoridad de la seguridad en Cataluña? Los alcaldes de la región metropolitana de Barcelona, Anoia, Tarragona y las tierras del Ebro, representando a sus conciudadanos, han pedido reiteradamente al Departamento de Interior que resuelva su problema referente a la falta de efectivos policiales y al incremento de la inseguridad en éstas zonas.

Xavier Pomés reaccionó después de la fuerte presión ejercida desde el Parlament de Catalunya y desde los ayuntamientos de las zonas afectadas; entró en una reunión de la Junta de Seguridad y salió con un adelanto del despliegue sin que lo supieran ni el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, ni el conseller en cap, Artur Mas, y menos su equipo de colaboradores en el departamento. Además, pese al intento de demostrar ante la opinión pública que la sustitución de cuerpos de policía avanza, los interrogantes se han mantenido y el Gobierno de la Generalitat sigue sin tener un compromiso y una propuesta final de calendario.

¿Qué ha llevado, realmente, a Mas a cambiar a Pomés, que no quería irse, y a Pujol a prescindir de una de sus personas de confianza? ¿Se reconoce la falta de una política de seguridad y la falta de autoridad del Gobierno catalán? ¿Qué razones justifican cambiar de titular en el Departamento de Interior 12 meses antes de unas elecciones? La sociedad catalana no está acostumbrada a que este Gobierno asuma sus responsabilidades, y los socialistas no creemos que haya una actitud de enmienda y mejora. Pujol ha sacrificado, además de a una persona, un proyecto: el programa electoral de CiU en las últimas elecciones autonómicas fijaba como una de las prioridades la creación de un Departamento de Interior independiente para preparar el despliegue de los Mossos d'Esquadra. Se ha sacrificado, pues, el trabajo de muchos años a cambio de equilibrar las siempre difíciles relaciones internas entre los miembros de la federación nacionalista.

Mas y Pomés no se entendían. El consejero de la Presidencia no ha olvidado la situación comprometida que vivió hace un año cuando Pomés, asumiendo los errores de coordinación, supo capear las nevadas de diciembre pasado mientras Mas celebraba un acto festivo en una discoteca en medio del temporal. A Mas tampoco le gustó saber por la prensa el cambio del calendario del despliegue de la policía efectuado por la Junta de Seguridad en junio pasado.

¿La seguridad de los catalanes tiene que estar sujeta a los vaivenes de Mas para formar su primer y último gobierno? Los Mossos d'Esquadra son un cuerpo policial aún no consolidado al que no hay que someter a una situación de vacío de poder y, además, estamos en la fase más crítica del despliegue. Las encuestas, también las elaboradas desde el Departamento de Interior, nos confirman un empeoramiento de la situación de la seguridad. Alrededor del 70% de la población de Cataluña tiene un problema de falta de efectivos policiales. La respuesta ante situaciones de emergencia y de urgencia deja mucho que desear. Muchos barrios de Cataluña necesitan

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una política de mejoras en el urbanismo, la escuela, la asistencia sanitaria, las ayudas a los mayores y a las familias. Mas, mientras, sólo se preocupa de cambiar a sus consejeros.

Mando único de las fuerzas y cuerpos de seguridad por parte de la Generalitat de Cataluña, acelerar el despliegue de los Mossos d'Esquadra a todos los territorios de Cataluña y contratos locales, sociales y de seguridad para los barrios. Ésta es la propuesta del PSC para la sociedad catalana. El Estatut reconoce la competencia en seguridad pública a la Generalitat de Cataluña, siempre ligada, eso sí, a tener una policía autonómica. Si CiU y PP aceptaran la posibilidad de que agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil se pudieran pasar a los Mossos d'Esquadra podríamos acelerar y terminar el despliegue. Mientras, el Gobierno de la Generalitat tiene que ser capaz de gobernar esta situación de transición. Propuestas con sentido común para la mayor parte de una sociedad que pide a los partidos catalanes que hablemos y debatamos sobre la situación de la seguridad, pero con rigor.

Cataluña necesita una política de seguridad coordinada y que el Gobierno autónomo asuma sus responsabilidades y su autoridad en esta materia. ¿Quién va a dirigir la política de Interior hasta las próximas elecciones autonómicas? Cataluña, su policía y su seguridad interior necesitan que se vaya produciendo el traspaso de poderes en una área como la de Interior; alguien tiene que ocupar el vacío de poder. El PSC, futuro gobierno en Cataluña, asumirá en este periodo una posición de realismo y responsabilidad con esta situación de provisionalidad generada. Pongámonos a trabajar pensando en el futuro, que ya ha empezado, y dejemos de lado el presente, que ya es pasado, y que es incapaz de dar respuestas a los problemas de la seguridad en Cataluña.

Marc López, diputado del PSC en asuntos de Interior.

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