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XVI CONGRESO DEL PARTIDO COMUNISTA CHINO

Hu Jintao se pone al frente de China, pero Jiang Zemin mantiene el control político

El nuevo secretario general pide 'unidad' para convertir al país en la potencia del siglo XXI

China ya tiene la nueva dirección con la que espera recuperar en este siglo XXI la potencia que, como Imperio del Centro, tuvo durante miles de años de historia. Hu Jintao fue elegido ayer secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh), pero, en principio, la retirada de Jiang Zemin no es más que un situarse detrás de las bambalinas para intentar seguir moviendo los hilos del poder. Hu, de 59 años, pidió 'unidad' al PCCh para conducir hacia el futuro al país más poblado del planeta, con 1.300 millones de personas.

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El Comité Central del PCCh surgido del XVI Congreso, celebrado en Pekín del 8 al 14 de este mes, se reunió ayer para elegir, en realidad para sancionar la designación de Hu y de los demás miembros de los órganos de poder del partido. El más importante es el Comité Permanente del Buró Político, que, en estos tiempos de consenso, representa la dirección colegiada del país. La cuarta generación ya está al frente de China. La primera fue la de Mao Zedong; la segunda, la de Deng Xiaoping, y la tercera, la de Jiang Zemin.

El Comité Permanente, que antes tenía siete miembros, se ha ampliado a nueve para acoplar las distintas corrientes del partido. La dominante, con cinco miembros, es la de los fieles de Jiang. Aunque observadores chinos señalan que no todos ellos van a representar siempre los intereses del secretario general saliente. 'Aún es pronto para hablar, pero lo lógico es que la influencia de Jiang se diluya como un azucarillo en los próximos años', afirma un intelectual, para señalar que 'el éxito' de Hu será formar su propia camarilla.

'Si caminamos unidos, todo el pueblo de China y sus minorías étnicas, seremos capaces de construir la sociedad del bienestar, acelerar el proceso de modernización socialista y establecer un modelo con características chinas', dijo Hu Jintao en un breve acto para presentar a la nueva dirección. Hu aplaudió la gestión de Jiang en los 13 años que ha permanecido en el poder y subrayó que ha dejado 'claro el camino a seguir durante las próximas dos décadas'.

En el informe presentado por Jiang al congreso del partido señalaba como objetivo cuadruplicar para 2020 el PIB de China, de manera que la mayoría de sus habitantes alcancen un nivel de vida confortable. A pesar del milagro económico realizado en las dos décadas pasadas, buena parte de los 800 millones de campesinos chinos vive en la pobreza.

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Jiang se ha quedado con la presidencia de la Comisión Militar, el órgano que dirige el Ejército más numeroso del mundo, con 2,4 millones de efectivos. Hu permanece como uno de los tres vicepresidentes de ésta, que cuenta con otros cuatro miembros, todos generales del Ejército Popular de Liberación. No se sabe si Jiang se quedará, como hizo Deng al abandonar sus cargos en el partido, dos años al frente de esta comisión o si la dejará en marzo, cuando ceda a Hu Jintao la jefatura del Estado.

Si el ascenso de Hu estaba claro desde que Deng lo eligió en 1992, la designación del número dos ha sido objeto de arduas negociaciones que concluyeron ayer en el viceprimer ministro Wu Bangguo, quien será, por tanto, elegido en marzo presidente de la Asamblea Popular Nacional (APN).

Maniobras en la sombra

En las maniobras de estos meses, Zeng Qinghong, considerado el delfín de Jiang Zemin y el defensor de sus intereses, no paraba de ascender. La prensa de Hong Kong, siempre bien informada y con la libertad que el resto de China no tiene, había situado a Zeng pisando los talones del nuevo hombre fuerte de China, lo que habría dificultado la toma de decisiones. Sin embargo, según el orden con que Hu introdujo a los ocho hombres con los que tendrá que colaborar para hacer frente a los grandes retos que tiene por delante, Zeng ocupa el quinto puesto en la jerarquía de China.

Tanto Hu Jintao como Wu Bangguo han estado en España. Los dos en distintos meses del año pasado y, sobre todo Wu, como viceprimer ministro ha tenido bastante contacto con el Gobierno español. Precisamente el mes pasado fue el anfitrión de Rodrigo Rato.

El número tres y sustituto, también en marzo, del primer ministro Zhu Rongji, es su mano derecha, Wen Jiabao, un político casi desconocido hasta las terribles inundaciones de 1998. La gestión y los esfuerzos de Wen por ayudar a los millones de afectados le aportaron una gran popularidad. Los 800 millones de campesinos de China confían en que el Gobierno los tendrá más en cuenta cuando esté en sus manos, si es que llega a estarlo.

Los entresijos del poder siguen siendo uno de los secretos más guardados de China. Este congreso ha vuelto a demostrarlo. El oscurantismo y la falta de libertad dominan al partido. Hu Jintao no parece, de momento, dispuesto a cambiarlo. Además, para llevar a cabo la reforma política hace falta tener mucho poder y Hu todavía necesitará unos años para colocar en los puestos clave a sus hombres.

Hu Jintao, con la mano levantada, posa junto al resto del nuevo Comité Permanente del Buró Político, al término del Congreso del Partido Comunista Chino.
Hu Jintao, con la mano levantada, posa junto al resto del nuevo Comité Permanente del Buró Político, al término del Congreso del Partido Comunista Chino.AP

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