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Entrevista:JUAN JOSÉ LUCAS | Presidente del Senado

'No hay que radicalizar el enfrentamiento con el PNV'

Por primera vez, la Cámara de las Autonomías está presidida por un político que ha sido presidente autonómico. Juan José Lucas (PP), de 58 años, no está de acuerdo con el númerus clausus sobre los posibles sucesores de Azna. Probablemente porque concede gran importancia al resultado de las elecciones municipales del próximo año.

Pregunta. Cuando usted entró en el Gobierno, dijo que se incorporaba a 'un proyecto llamado José María Aznar'. Con esa afirmación, cabría pensar que no llega sobrado de sentido institucional a un cargo que lo necesita, y que en él hará sólo aquello que agrade al presidente del Gobierno.

Respuesta. Lo correcto hubiera sido decir que me incorporaba a un proyecto colectivo que dirige el presidente Aznar. El carácter institucional de este cargo obliga a un comportamiento distinto al de un miembro del Gobierno; obliga a un esfuerzo de equilibrio y de moderación en las afirmaciones. Pretendo, y voy a ser, el presidente de todos.

'No comparto el 'númerus clausus' sobre los candidatos a suceder a Aznar'
'Sería adecuado que las autonomías eligieran a la mayoría de los senadores'

P. Hasta ahora, bajo mandato del PP, los presidentes del Senado han aprovechado ese cargo para ser luego candidatos a presidentes autonómicos. ¿Qué aportará el que un presidente autonómico, como ha sido usted, pase a presidir el Senado?

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R. Es la primera vez que la Cámara de las Autonomías es presidida por un ex presidente autonómico. Ese bagaje personal aporta algunas ventajas, porque durante diez años he hablado con todos los presidentes autonómicos y conozco sus planteamientos en general y sobre el Senado en particular. Tengo que decir que cuando era ministro de Presidencia no era senador; fue la comunidad de Castilla y León la que me eligió...

P. Más bien hicieron dimitir a un senador para que usted entrara en la Cámara y poder elegirle presidente del Senado.

R. Creo que es bueno que los ministros pertenezcan a alguna de las Cámaras. Me parece un elemento de mayor compromiso con la representatividad. Yo encontré, efectivamente, la generosidad de un senador que comprendió ese planteamiento y dimitió. Nunca se sabe si las decisiones tomadas son las acertadas, pero se toman con voluntad de que lo sean.

P. ¿Echó de menos que cuando Zapatero salió inesperadamente al debate sobre los Presupuestos del Estado interviniera Aznar, sin el menor problema, para no dejar sin réplica adecuada esa intervención?

R. Los criterios de oportunidad para las intervenciones parlamentarias las fijan los partidos. El ministro de Hacienda tuvo una intervención de 10, y Zapatero hizo un esfuerzo personal para prepararse un discurso que no estaba anunciado.

P. En adelante, ¿tendrán que poner a contendientes más sólidos en los debates con Zapatero, y en concreto a los aspirantes a sucesor de Aznar? ¿Eso les puede conducir a riesgos que hasta ahora no han corrido?

R. La política es riesgo, es estar en la arena y asumir el riesgo de una cornada. Pero no percibo en el Comité Ejecutivo del PP una carrera por jerarquizar candidatos. Estoy seguro de que el candidato será elegido sólo después de las elecciones municipales, y teniendo en cuenta la experiencia del escogido, que no será un desconocido. Incluso no comparto el númerus clausus que algunos han establecido respecto a los posibles candidatos.

P. ¿Va a tener alguna influencia la advertencia del presidente de la CEOE, José María Cuevas, de que la sucesión de Aznar está generando incertidumbre, que desaparecería si se resolviera cuanto antes?

R. Designar a un candidato cuando falta año y medio desviaría hacia ese candidato una atención que tal vez no sea beneficiosa para la unidad interna y la dirección que tiene que seguir protagonizando el presidente. Aznar ha demostrado reiteradamente talento y prudencia para administrar los tiempos.

P. Usted, que ha vivido como presidente autonómico el que no haya debate sobre el estado de las Autonomías desde 1997, ¿va a convocarlo ahora que puede hacerlo?

R. El presidente dirige ese debate. La convocatoria debe partir de los grupos. El debate, como ha funcionado, es manifiestamente mejorable, porque no puede consistir en 17 lamentos y reivindicaciones ante el Gobierno central, como si fuera un pulso entre Administraciones.

P. ¿A qué se debe el que, cuando no había tanto enfrentamiento entre el Gobierno central y el nacionalismo vasco -más bien lo había entre ustedes y el PSOE-, el PP estuviera dispuesto a una reforma constitucional del Senado y ahora, que hay fuertes exigencias nacionalistas vascas y catalanas, ustedes no quieren ni oír hablar de una reforma del Senado?

R. La concepción clave en todos estos asuntos es el concepto de soberanía. Y el PP defiende que es mejor que no sea modificado el ámbito constitucional, también con un criterio de oportunidad. Costó mucho hacer la Constitución como para abrirla sin saber cómo se va a cerrar.

P. Fueron ustedes mismos los que promovieron, en un pasado no lejano, abrir ese melón.

R. Es verdad. Incluso ha habido dirigentes autonómicos del PP que decían que si algo hay que mejorar en la Constitución son los elementos de representatividad del Senado. Por ejemplo, me parecería adecuado que si en el futuro se toca la Constitución a este respecto sea para que la mayoría de los senadores sean elegidos por las comunidades autónomas, no por las provincias.

P. Usted ha dicho que ante una propuesta como la del lehendakari Ibarretxe, el Senado tiene mucho que decir. ¿Qué es lo que debe decir?

R. Éste no es un momento para someter a revisión algo que costó tanto hacer, como es la Constitución. La soberanía reside en el pueblo español en su conjunto, no en una parte de ese pueblo. Si se toca ese tema se altera un elemento constitucional esencial.

P. Es tan largo ya el enfrentamiento con los nacionalistas vascos que cabría interpretar que eso a ustedes les va bien, porque les permite presentarse como muro de contención, incluso envuelto en la bandera española.

R. Respeto esa apreciación pero no la comparto. Creo que no hay que radicalizar de ninguna manera ese enfrentamiento. El PNV es un partido democrático y muy importante, si bien es verdad que en los últimos tiempos, él sí, se ha radicalizado.

P. ¿Cree que carece de fundamento el lamento de que el Senado está anquilosado, languideciente e infrautilizado respecto a la utilidad que podría tener?

R. Hace falta una mayor autovaloración de la labor de los senadores. Y en los próximos meses quiero profundizar en varios aspectos: por ejemplo, para que algunas leyes, por los temas que abordan, puedan iniciar su tramitación en el Senado, y que sea también Cámara de control del presidente del Gobierno, acogiendo la oferta que ha hecho Aznar. Y desarrollar las posibilidades que ofrece la iniciativa legislativa de la Cámara.

P. ¿Le preocupa lo que los ciudadanos puedan pensar sobre los criterios que utiliza el Gobierno cuando justifica el decretazo por ser 'urgente' e imprescindible y pocos meses después, cuando quedan ocho para las elecciones municipales, lo rectifica en un 90%?

R. El ministro de Trabajo ha manifestado que la voluntad de entendimiento siempre ha sido ofrecida por el Gobierno. Y la otra parte ha tenido ahora más disposición al acuerdo que antes del verano. La política es choque y acuerdo. A mí me gusta más el acuerdo.

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