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Entrevista:ALBERTO RUIZ-GALLARDÓN | Presidente de Madrid y candidato a la alcaldía

'Si algún pecado tengo es ser orgulloso'

Pregunta. 'Creo que mi sitio es la Comunidad de Madrid' (24-3-2002). No se irá a sentir desplazado si sale elegido alcalde.

Respuesta. No, porque el Ayuntamiento está dentro de la Comunidad. Pero no es lo mismo el 24 de marzo que el de abril o el de mayo.

P. ¿Le pone más la alcaldía que la presidencia madrileña?

R. Sí, porque, cuando se abre esa posibilidad, surge una ilusión nueva.

P. ¿Y más o menos que la presidencia del Gobierno?

R. Como esa posibilidad no la tengo en estos momentos encima de la mesa, no la cotejo.

P. El PP baja en las encuestas, pero usted sube. ¿Se mata a besos a sí mismo?

R. No. Siempre he creído tener la suficiente capacidad de visión como para saber que lo peor que ocurre en el espejo es la imagen que yo reflejo. Pero a lo mejor desde la Comunidad de Madrid hemos construido un discurso adecuado para el futuro del Partido Popular.

P. Cuando ve a los aspirantes a delfín moncloví sacar la faca, ¿coge la navaja o se protege la cartera?

R. Ninguno de los tres prenominados la ha sacado, doy fe. El mérito del partido sería que tampoco la sacasen quienes están detrás. Y es otra dimensión. Ellos están, con todo respeto, en la física de Newton, y yo, en la física cuántica.

P. ¿Cómo fue la escena del sofá con Aznar cuando le nombró candidato a la alcaldía?

R. Quiero aclarar que fueron dos sofás. Para que no haya malas interpretaciones.

P. ¿Qué bolero merecía la ocasión: Piensa en mí?

R. Si tú me dices ven, lo dejo todo.

P. ¿En qué se diferencia usted de Álvarez del Manzano, cuya labor ha calificado de 'excelente'?

R. En que me llamo Ruiz-Gallardón.

P. Odia las procesiones, los discursos del 2 de mayo, el villancico que canta el actual alcalde. ¿No se exhibiría en esas lides?

R. Detesto el casticismo, que me parece un nacionalismo localista y barato. Las procesiones las tiene que hacer la Iglesia, no los políticos. Y amo demasiado la música como para destrozarla con una interpretación mía. Mi amor por la música indudablemente es superior al de José María Álvarez del Manzano.

P. ¿Se bailaría el chotis más apretado con Esperanza Aguirre o con Trinidad Jiménez?

R. Con usted, naturalmente, que me está haciendo esta entrevista.

P. ¿La música es para usted lo que más?

R. Sin duda ninguna.

P. ¿Por encima de la política?

R. Muy por encima. No hay nada en esta vida que esté por encima de una emoción, y nada que pueda producir una emoción superior a la que produce la música.

P. ¿Incluso más que cenar con Aznar, por ejemplo?

R. Creí que estábamos hablando de cosas serias [ríe].

P. Airea mucho a los amigos que tiene fuera de su partido, como Leguina o Bono.

R. La pregunta debería ser distinta: '¿Tiene usted amigos dentro de su partido'? [Risas].

P. ¿Cómo consigue ir de progre sin serlo?

R. ¿Y cómo sabe usted que yo no soy progre? Hay auténticos progresistas en el partido socialista y en el Partido Popular. De la misma forma que hay auténticos retrógrados en ambos.

P. ¿Está crecido?

R. No. Con toda sinceridad, no. Nadie me ha regalado nada en mi vida. Todos los espacios de gestión política que he alcanzado los he logrado después de mucho trabajo, mucho esfuerzo y muchos fracasos. Yo antes de ganar, perdí.

P. ¿De qué se componen sus sueños?

R. Yo sueño cada día con espacios y tiempos más pequeños, poco compartidos, con poca pero buena gente.

P. ¿Madrid le merece?

R. La pregunta, y no es falsa modestia, es: ¿acaso me merezco yo ser alcalde de Madrid?

P. ¿Y qué se contesta?

R. A la primera, que haré méritos; y a la segunda, que los estoy haciendo [risas].

P. ¿Usted se gusta?

R. No me gusta cómo soy. Si me gustase, no tendría el nivel de autocrítica que tengo. Nunca he sido vanidoso. A lo mejor, si algún pecado tengo, es haber sido orgulloso, cosa bien distinta.

P. ¿Quienes en su partido le expidieron el certificado de defunción se van a enterar?

R. Bueno, quizá algunos de los que expidieron el certificado de defunción han sido los mismos médicos que han apretado mecanismos de rehabilitación.

P. ¿Se considera un chico contenido?

R. Siií. No tiene usted ni idea de lo que hubiese sido esta entrevista sin contención por mi parte.

Alberto Ruiz-Gallardón, en el metro de Madrid, el pasado miércoles.
Alberto Ruiz-Gallardón, en el metro de Madrid, el pasado miércoles.ULY MARTÍN

PERFIL

Con 43 años y 4 hijos, amante de las motos y de Internet y loco por las encuestas, es largo de visión y ameno de charla, y se embrida con tino para no salirse del marco, temiendo quizá ser sorprendido en terrenos narcisistas o del repelente niño Vicente. Milita en ser atípico en su partido y trasluce sin problemas que su meta es La Moncloa. Su postre favorito es el vino.

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