El Gobierno británico suspende por cuarta vez la autonomía del Ulster
La medida abre un periodo de incertidumbre
Por cuarta vez desde que se firmaron los Acuerdos de Viernes Santo, en 1998, el Gobierno de Tony Blair ha decidido suspender la autonomía de Irlanda del Norte para superar una crisis política. Es la asamblea del Ulster, y no los acuerdos, lo que ha quedado en suspenso para 'darle aire' a un proceso de paz asfixiado por la desconfianza mutua entre católicos y protestantes. Se abre ahora un periodo de incertidumbre que los Gobiernos de Londres y Dublín quieren que acabe antes del próximo mes de mayo, fecha prevista para las elecciones en la provincia.
La suspensión de la autonomía y el retorno de Irlanda del Norte a la autoridad de Londres fue anunciado por el ministro británico para la provincia, John Reid, y entró en vigor a las cero horas de hoy martes. Reid leyó una declaración en su residencia de Hillsborough Castle, en Belfast, y dará una explicación más detallada hoy en el Parlamento británico. 'Quiero subrayar que esto es un frenazo -espero que corto- en un aspecto del acuerdo. No en todo el acuerdo. No en todo el Proceso de Paz', dijo.
La autonomía fue suspendida por primera vez en febrero de 2000 durante tres meses por el entonces ministro Peter Mandelson. Su sucesor, John Reid, ya había aprobado dos suspensiones técnicas de 24 horas en agosto y septiembre de 2001 para evitar la convocatoria de elecciones anticipadas en dos de las numerosas crisis que han enfrentado a ambas comunidades políticas.
Ahora se abre un periodo de duración incierta en el que Londres y Dublín intentarán forzar un acuerdo político que vuelva a impulsar el proceso y devolver la confianza perdida. Mientras los protestantes pondrán el acento en que tras cuatro años de transición ha llegado la hora del desmantelamiento del IRA, el Sinn Fein hará hincapié en que es imposible que el brazo terrorista desaparezca mientras Irlanda del Norte no tenga una policía reconocida por los republicanos. En el mejor de los casos, un acuerdo sobre la policía podría abrir las puertas a la disolución del IRA. El peor escenario es un año de suspensión de la autonomía o, aunque nadie lo espera, el retorno a las trincheras.
Los primeros ministros del Reino Unido y de Irlanda, Tony Blair y Bertie Ahern, hicieron pública una nota en la que reforzaron los argumentos de Reid: la suspensión es temporal, durará el menor tiempo posible y es consecuencia de la desconfianza entre las dos comunidades enfrentadas.
Pero antes de que la autonomía sea restaurada 'tiene que estar claro que la transición de la violencia a las maneras exclusivamente pacíficas y democráticas (...) llega a un final definitivo y sin ambigüedades', puntualizaron los dos primeros ministros. Ambos se comprometieron a trabajar para que el retorno a la normalidad se produzca antes de la fecha prevista para las elecciones, que serán, en principio, en mayo.
'Las dificultades en Irlanda del Norte son fruto de la pérdida de confianza en ambas partes', declaró Reid. 'Es esencial que desaparezcan las dudas acerca del compromiso con los medios democráticos y no violentos', añadió. 'Ha llegado el momento de que la gente elija entre violencia y democracia'.
El Sinn Fein, que se sintió aludido por algunos de los reproches de Reid, reaccionó a través de Gerry Adams calificando de 'muy, muy deshonestas' las observaciones. '¿Qué se ha conseguido con el anuncio de esta mañana?', se preguntó el líder republicano, que advirtió que de ninguna manera el Sinn Fein aceptará una renegociación de los acuerdos de 1998. Adams acusó al ministro de hablar de democracia, pero al mismo tiempo suspender las instituciones en que se plasma esa democracia. 'El doctor Reid es un hombre inteligente y él sabrá lo que está haciendo al dar cobijo a las resistencias a los Acuerdos de Viernes Santo'. El reverendo protestante Ian Paisley apeló también a las referencias a la democracia para atacar a Reid, aunque en este caso para denunciar que el Gobierno británico siguiera resistiéndose a adelantar las elecciones.
El líder de los unionistas moderados y hasta ayer ministro principal de Irlanda del Norte, David Trimble, exigió que las conversaciones que van a seguir a la suspensión de la Asamblea se centren en las actividades de los grupos paramilitares.
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