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Barcelona ocupa el duodécimo puesto europeo en producción científica

La capital catalana y Madrid, entre las que más han crecido desde 1981

Madrid ocupa la posición número 15 y Barcelona la número 29 en el ranking mundial de ciudades productoras de ciencia y tecnología, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC). De acuerdo con esta lista, elaborada a partir de una muestra de 75 ciudades de todos los continentes, Londres es la ciudad que más ciencia produce, seguida de Tokio, París, Moscú, Boston y Nueva York.

El estudio ha sido realizado por el Centro de Política del Suelo y Valoraciones (CPSV) de la UPC y el método seguido se basa en contabilizar la cantidad de artículos científicos publicados en revistas internacionales, un indicador muy utilizado para medir la producción científica. Para ello se analizan los datos del Institute for Scientific Information (ISI), una entidad especializada en el seguimiento de estas publicaciones.

A partir de aquí, para confeccionar la lista los autores del estudio han determinado a qué ciudad pertenece la institución científica en la que trabaja cada investigador que firma un artículo. El estudio del CPSV se añade a otros trabajos, como el elaborado por los daneses Matthiessen y Schwartz, que llegan a conclusiones similares, aunque ellos analizaron las áreas metropolitanas en vez de las ciudades y sus resultados son algo diferentes.

La capital británica encabeza la lista de las ciudades con mayor producción científica con 116.600 trabajos publicados entre 1996 y 2001, seguida de Tokio (110.162), París (96.413), Moscú (90.918), Boston (87.784) y Nueva York (85.910). Las dos capitales españolas ocupan posiciones más que decorosas en la lista de los principales centros productores de ciencia. En el contexto europeo, Madrid, con 41.048 trabajos científicos publicados, tiene sólo por delante a Londres, París, Moscú y Berlín. Y Barcelona, con un total de 30.377 publicaciones, supera a capitales como Estocolmo y Copenhague, y es la duodécima urbe europea productora de ciencia.

Pero donde las dos capitales españolas brillan con luz propia es en el terreno del crecimiento: dentro del grupo de las 30 urbes principales, Barcelona y Madrid son la cuarta y la quinta que más han incrementado su producción científica entre 1981 y 2001, con aumentos del 578% para Barcelona y del 417% para Madrid. Sólo tres ciudades orientales (Seúl, Hong Kong y Pekín) han crecido más que las dos urbes españolas en los últimos 20 años.

El trabajo ha analizado también diversas ciudades del sur de Europa y ha medido el peso científico de Valencia (11.071 publicaciones generadas entre 1996 y 2001), Sevilla (6.242 publicaciones), Zaragoza (5.179), Bilbao (2.727) y Málaga (2.485) en relación con otras urbes del Mediterráneo, como Toulouse (17.391), Marsella (15.957), Montpellier (15.572), Nápoles (14.958) y Turín (12.876).

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Ciudades que crecen

En este grupo de urbes de menor relevancia, situado por debajo de las 20.000 publicaciones, destacan los enormes crecimientos experimentados por Valencia, Zaragoza, Bilbao y Málaga, que han crecido por encima del 500% desde 1981, y lo mismo ha sucedido con Singapur, Seúl, Hong Kong, Shanghai y Pekín. Sin embargo, las metrópolis del centro y el norte de Europa, y de Norteamérica, que parten de una situación mucho más avanzada, presentan crecimientos mucho más modestos.

En opinión de Josep Roca Cladera, director del estudio, 'Asia y el sur de Europa son las zonas del mundo en las que se está produciendo un crecimiento más acentuado de la actividad científica'. Esto sugiere la existencia de 'una clara descentralización de la investigación mundial, al menos en términos cuantitativos', según este experto. La ciencia parece desarrollarse a mayor velocidad en las ciudades situadas en el Tercer Mundo y en la periferia del Primer Mundo. Roca cree que esto debe interpretarse como 'un síntoma positivo de democratización y reequilibrio territorial de la actividad científica'. A buen seguro las ciudades españolas estarán felizmente de acuerdo.

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