Los primeros dragos fósiles
Tres científicos canarios -Aguedo Marrero, José Mangas y Carlos Suárez- presentan hoy en Salamanca, durante el II Congreso Ibérico de Paleontología, los primeros hallazgos fósiles de improntas de Dracaena tipo drago de España, unas sesenta huellas de hojas.
Descubierto en un barranco del norte de Gran Canaria, se trata del primer registro fósil de este árbol, Dracaena draco. De este grupo sólo existían las descripciones de improntas terciarias en el sureste de Francia, realizadas por De Saporta entre 1862 y 1889. Es la primera vez que se constata de forma efectiva, según los autores, la presencia de esta especie en el norte de Gran Canaria, pues sólo se conocía un único ejemplar silvestre en la zona oeste de la isla. Las referencias previas se limitan a la existencia de topónimos y algunas alusiones indirectas en textos históricos.
El hallazgo tuvo lugar el pasado mes de julio en uno de los tramos del cauce del barranco de Azuaje, situado en el norte de la citada isla, en un lugar protegido.
El área contiene manantiales con aguas carbonatadas (aguas agrias), y en ella se han desecado numerosos puntos en los años cincuenta, cuenta con depósitos de carbonatos que durante mucho tiempo fueron explotados para sacar cal y hay en el tramo del barranco de Azuaje unos diez hornos de cal y pequeños depósitos adheridos a los riscos del cauce. En muchos de estos depósitos se pueden observar impresiones fósiles de hojas de diferentes plantas, especialmente árboles y arbustos de laurisilva, generadas por procesos de fosilización por impregnación. En este punto fue donde descubrieron, sobre unos fragmentos desprendidos de estos carbonatos, numerosas impresiones de hojas fósiles, entre las que destacaban por su concentración las improntas de Dracaena draco, de un tamaño variable en grosor (entre 46 y 16,7 milímetros).
Del análisis de los fragmentos se deduce que uno de los bloques de hojas, aquel que posee anchos de entre 30 y 47 milímetros, se puede corresponder con hojas que fácilmente superan 1,20 centímetros de largo. El otro bloque con hojas de grosor inferior correspondería a otro tipo de drago con tamaño de hoja mucho menor.
Aunque lo más significativo de este depósito sean las impresiones del drago, en un análisis superficial del mismo se detecta todo un grupo de tipos de hoja asimilables a especies presentes en la actualidad. Otro detalle importante es la presencia de al menos tres ejemplares de caracoles incrustados plenamente en la matriz carbonatada.
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