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ROMA, EL REGRESO DE LA 'DOLCE VITA'

Tres barrios que contagian vitalidad

Un recorrido por tres barrios hace posible palpar la esencia de la renovada vitalidad romana. En cada recorrido se propone una parada en algún rincón especial que no hay que perderse. Así, callejeando lejos de las arterias principales, se descubre lo mejor del comer, beber y vestir de Roma.

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EL RECORRIDO DE LA MODA

Otra calle para perderse es la de Bocca di Leone, con el precioso edificio de Valentino, los elegantes diseños de Malo y los siempre divertidos escaparates de Moschino. Y Via Margutta ofrece, además de un paseo agradable, estupendos anticuarios

Las inmediaciones de Via Condotti

Via Condotti une la Via del Corso (donde se encuentran tiendas como Diesel, Benetton, Sisley...) con la Piazza di Spagna. Huyendo de esta turística calle donde se concentran muchas de las tiendas de lujo de la ciudad (de Prada a Gucci), nos quedamos con las pequeñas calles que albergan locales igualmente interesantes. Mucho más tranquila, la Via Borgognona, con, entre otras, las sucursales de la firma francesa de complementos Givenchy (en el número 23), la nueva tienda de Ungaro (esquina con Belsiana), la ropa para la casa de Loro Piana (en el número 31), los bolsos y carteras de Fendi (del 36 al 39), y el local del cubano Narciso Rodríguez, ex diseñador de Loewe, con su ropa elegante de líneas simples.

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Otra calle para perderse es la de Bocca di Leone, con el precioso edificio de Valentino (aunque su cuartel general y oficinas están en el Palazzo Valentino, en Piazza di Spagna), los elegantes diseños sport de Malo (esquina con Borgognona) y los siempre divertidos escaparates de Moschino (en el número 82). En Via delle Vite, buenas tiendas para comprar camisas de caballero, y en Via Margutta, estupendos anticuarios y, además, está asegurado un paseo inolvidable.

En Via Frattina se encuentra la buenísima heladería Vanni (en la esquina con Via Belsiana), aunque los mejores gelatos de Roma son sin duda los de la Gelateria di San Crispino (Via della Panetteria, 42), cerca de la Fontana di Trevi, donde no hay que perderse el de pistacho y el de merengue con almendras. Para un aperitivo o cena ligera es recomendable el local de diseño Shaki Wine Bar (con tienda gourmet).

Un rincón especial

Cerca de esta zona se sitúa la Piazza Augusto. En ella se encuentra Gusto, un enorme espacio gastronómico -al estilo de un loft- que alberga bar de vinos, tienda de cocina y comida (donde se venden muy buenas conservas), pizzería y restaurante. Sin duda es uno de los locales de moda de la ciudad y ya preparan su ampliacion con una nueva trattoria (su apertura está prevista para este otoño en el local contiguo). También en esta zona se inauguró a mediados del pasado mes de julio un enorme multiespacio Armani Jeans (Via Tomacelli, esquina con Largo degli Schiavoni), y la apertura del segundo gran local de la firma de lujo Fendi (una manzana entera en Largo Carlo Goldoni, s/n) está prevista para este otoño. Muy cerca, la sucursal romana de Le Pain Quotidien (Via Tomacelli, 24 y 25), el lugar perfecto para disfrutar de un brunch, los sábados y domingos, o tomar algo en su terraza, en la azotea del edificio y con vistas a la calle (abierta sólo en primavera y verano).

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EL SOHO ROMANO

El bohemio barrio de Piazza Navona

Desde la Via del Corso, entrando por la bonita Piazza di San Lorenzo in Lucina (con buenas cafeterias y tiendas gourmet), se baja callejeando hacia Piazza Navona. En la Piazza Capranica se encuentran buenas enotecas y las boutiques de hombre y mujer (en los números 79 y 93, respectivamente) Degli Effeti, con buenas firmas, como Gaultier, Prada, Junya Watanabe, Miu Miu y Jil Sander.

Ya muy cerca de Navona, en el Corso del Rinascimento, la perfumería-jabonería artesanal Santa Maria Novella (en el número 47-49), donde comprar sus exquisitas pastillas de colonia rusa, y el novísimo restaurante de comida fusión Esperanto (en el 66), muy de moda en la ciudad. Cruzamos Piazza Navona para llegar a la Via della Pace, con su pequeño mercado callejero de frutas y verduras, y la Piazza del Fico. Este encantador rincón ofrece tiendas de diseño; el Bar del Fico, frecuentado por la modernidad romana, y el restaurante Da Francesco (no se admiten reservas), donde se sirven buenísimas pizzas y postres. Pedir como entrante la pizza bianca (sin tomate) con prociutto (jamón curado).

En Via del Governo Vecchio, esquina con Sora, se esconde una de las mejores pizzerías de Roma, Bafetto, un pintoresco lugar, cien por cien romano (no se aceptan tarjetas ni reservas, abierto sólo por las noches) y que siempre está a tope. Continuando la calle, en el número 28, un lugar sin identificar y sólo conocido por los locales. Se trata de una panadería donde se elaboran unos de los mejores paninos de Roma. Grandes panes llegan cada cinco minutos. Los dependientes cortan trozos y el cliente indica el relleno, a la vista bajo un cristal del mostrador, que desea. Todo de gran calidad y a precio de risa. El local no tiene mesas y la gente se lleva lo preparado para comerlo en cualquier portal o escalera del barrio. En el número 18 de esta calle, el tradicional Tonino, donde por muy poco se cena lo mejor de la cocina tradicional romana.

Muy cerca de allí aparece la Via dell Orso, con sus tiendas de antigüedades, y la nueva tienda de complementos artesanales y étnicos Kheops (número 87), muy curiosa.

Llegando a Campo di Fiori por la Via dei Baullari, vale la pena detenerse en la panadería Il Fornaio para tomar un trozo de su focaccia. Ya en Campo di Fiori, visitar su colorido mercado de día y el bar La Vineria (número 14) de noche. Un punto de encuentro de moda en la ciudad.

Un rincón especial

En la Piazza Pasquino encontramos varias tiendas de ropa y el restaurante Cul de Sac, un local italo-francés con una bodega excelente. Desde esta tradicional plaza se puede iniciar un recorrido por las tiendas de ropa de la calle Via del Governo Vecchio, como Josephine de Huertas and Co. (en el número 68) o Mado (en el 89), y la Via dei Giubbonari, con Wazoo (27-28) y Lei (103). Todas ellas con firmas de renombre en versión segunda mano o también con sus últimas colecciones.

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EL BARRIO LATINO

Cerca de la Piazza Santa Maria in Trastevere

Campo de Fiori se comunica con Trastévere a través de la Via dei Pettinari y el puente Sisto. La colina de la Academia de España domina desde aquí la vista. La zona del Gianicolo está plagada de academias de diversos países que merecen la visita. Además, brindan las mejores panorámicas de la ciudad.

El barrio de Trastévere está lleno de buenos bares y curiosas tiendas. Uno de los locales míticos es el bar San Calisto (Piazza San Calisto, 5). En él se juntan desde la gente del barrio, pasando por hippies, hasta los aficionados a la moda, por lo que el local siempre está muy animado.

Muy cerca del Calisto, como popularmente se le conoce, en la calle de Luciano Manara, vale la pena parar en la boutique de hombre The Butcher (en el número 9), con una estupenda selección de ropa de diseño. Justo al lado se encuentra la tienda de decoración AZ (número 7), donde es fácil encontrar divertidos regalos.

A pocos minutos de la Piazza de Santa Maria de Trastévere se sitúa la clásica Trattoria da Augusto (Piazza de Renzi, 15), un lugar en el que se ofrece un menú fijo de pasta y carnes elaboradas de forma casera y a un precio ajustado. Para seguir de copas se recomienda Stardust (Vicolo de Renzi, 14), otro de los imprescindibles de Trastévere. Se trata de un pequeño local decorado con fotografías y muebles de distintos estilos donde preparan buenos cócteles y ricas tartas caseras (por si el hambre despierta).

Cerca del río, en la Via della Penitenza, el local de diseño neoyorquino ATM, siempre repleto de gente guapa. Se trata de uno de los mejores bares de sushi de la ciudad. Al final del Viale Trastévere, y tras caminar cruzando el puente, se suceden varios bares muy modernos en el Largo Argentina. En sentido contrario, en dirección a la estación de trenes de Trastévere, los domingos se encuentra el inmenso Rastro de Porta Portese (comida, ropa, objetos...), uno de los mercadillos más grandes de Europa.

Un rincón especial

En la Piazza Trilussa hay de todo y para todos. A la izquierda de la fuente que la domina se encuentra el bar Friends, donde preparan buenos mojitos, además de comidas ligeras. A su izquierda se sitúa uno de los mejores restaurantes indios de Roma, Surya Mahal, con una terraza ajardinada muy agradable y menús de pescado, carne o vegetariano (abierto sólo por las noches). En el número 42 de esta pequeña plaza está localizada una pizzería, Trilussa, donde se sirve al taglio, es decir, al corte (preguntar por la que acabe de salir del horno; no tiene mesas, pero sí barra y bancos en el exterior). Y en el número 41, un restaurante y tienda para sibaritas llamado Ferrara, con exquisitos platos, buena carta de vinos y cafés. Aunque en Roma, el café en cualquier lugar suele ser bueno.

LO QUE NADIE SE DEBE PERDER

UNA VISITA a Roma obliga a detenerse en todos esos famosos monumentos y museos que llenan con sus fotos las guías de viaje. Desde la Fontana di Trevi hasta Piazza Navona o Piazza di Spagna, pasando por Santa Maria in Trastevere, Piazza Farnese, el Panteón y los Museos Vaticanos, amén de los Museos Capitolinos. Estos museos, restaurados hace poco, ofrecen un nuevo e interesantísimo recorrido por los basamentos romanos del Ayuntamiento de Roma, además de disponer de una hermosa terraza, abierta en verano. Muchos de los museos de la capital italiana merecen una visita por sí mismos, por la belleza de los palacios en los que están instalados. Pero hay otros rincones que vale la pena ver si el tiempo no apremia demasiado. Por ejemplo, el nuevo recorrido de los Mercados de Trajano, que se abren sobre la avenida de los Foros Imperiales; aunque la restauración ha sido demasiado profunda, el sitio no pierde encanto; o el circuito recién abierto en el Pórtico d'Ottavia, antiguo gueto judío de Roma, concebido casi como una prolongación de la visita al Teatro Marcello. Hablando de perspectivas sobre la ciudad, pocas igualan a la que se puede contemplar desde el mirador del Gianícolo, un inmenso balcón sobre las cúpulas barrocas, terrazas y tejados de Roma, con la línea verde de la arboleda que flanquea el Tíber. El sitio es espectacular y no está lejos de la Academia de España y de la hermosísima iglesia de San Pietro in Montorio, con su templete de Bramante, una auténtica joya arquitectónica restaurada con fondos españoles. También es impresionante la vista que se contempla desde el lado opuesto, desde el mirador del Jardín de los Naranjos, sobre la colina del Aventino. Desde hace unos meses se puede acceder también al Vittoriano, el monumento construido entre finales del siglo XIX y principios del XX para conmemorar la unidad de Italia. La enorme mole es odiada por la mayor parte de los romanos debido a sus exageradas dimensiones y al blanco deslumbrante del mármol con que está hecha, que contrasta demasiado con los tonos ocres de las fachadas circundantes. Pero desde la altura considerable del Vittoriano se contempla una perspectiva de Roma casi panorámica. La colina del Palatino, dominando el Circo Máximo, es otro de esos lugares mágicos que merecen una parada. Igual que la del Colle Oppio, donde se encuentra la Domus Aurea, la mítica morada del emperador Nerón. De ese lado de la ciudad hay importantes basílicas e iglesias, además de Santa María la Mayor, y a una considerable distancia, San Juan de Letrán, está la maravilla de San Pietro in Vincoli, donde se conserva el Moisés de Miguel Ángel, objeto de una concienzuda restauración. Otra iglesia notable, en la inmensidad de templos magníficos, es la de San Ivo, obra de Borromini, que se alza dentro de la antigua sede de la Universidad de la Sapienza, en Via del Rinascimento. San Ivo es una de las joyas del arte barroco romano, con su cúpula en espiral que se distingue desde casi todos los miradores de la ciudad. En todo caso, el visitante tiene que recordar que en Roma, callejear por el centro histórico, huyendo de los lugares más congestionados, depara siempre agradables sorpresas.

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