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Médicos y científicos reclaman que se modifique la ley para despenalizar una técnica que ya es viable

El anuncio, el pasado lunes, del nacimiento del primer bebé concebido en España utilizando óvulos congelados ha vuelto a alzar las voces de quienes vienen reclamando desde hace varios años la 'revisión' de la Ley de Reproducción Asistida de 1988, que consideran 'desfasada' en algunos puntos.

El presidente de la Sociedad Internacional de Bioética y uno de los redactores de dicha ley, Marcelo Palacios, propuso ayer al Ministerio de Sanidad que dicte una orden que permita el uso de óvulos congelados con fines reproductivos a aquellos centros que posean la tecnología adecuada. Palacios argumentó que en la actualidad ya existen muestras de que la técnica es viable, una condición que la ley española cita expresamente como indispensable para autorizar esta práctica.

Este mismo argumento esgrimieron ayer el Colegio de Médicos de Barcelona y el Observatorio de Bioética y Derecho de la Universidad de Barcelona, para reclamar que el Ministerio de Sanidad autorice la criopreservación de ovocitos para fines reproductivos. Maria Casado, directora del Observatorio, criticó al Gobierno central por 'no hacer caso de las recomendaciones de su propia Comisión Nacional de Reproducción Asistida', informa Mar Padilla. En 1998, la Comisión elaboró un informe en el que ya consideraba conveniente el desarrollo de experiencias controladas, debido a los buenos resultados obtenidos con esta técnica en otros países.

La directora general de Alta Inspección y Coordinación del Sistema de Salud, Ana María Sánchez, dijo que el Ministerio de Sanidad está dispuesto a modificar la Ley de Reproducción Asistida si así se lo pide la Comisión Nacional asesora en esta materia. 'Mientras la comisión no nos haga estas recomendaciones, la ley no se modificará, pero sí en cuanto ella lo diga', aseguró Sánchez, tras afirmar que hoy por hoy la técnica está prohibida y que, por tanto, la clínica Cefer ha incumplido la ley.

El uso de óvulos congelados no sólo abre esperanzas a las mujeres que pueden perder la fertilidad a causa de algún tratamiento como la radioterapia, sino que también permite solucionar el problema de la acumulación de embriones sobrantes en los centros de reproducción asistida, con los consiguientes problemas éticos que ello plantea. Esta técnica puede permitir la maternidad más allá de la menopausia.

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