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VUELTA 2002 | Segunda etapa

El final de una hermosa pareja

Freire se acerca al iBanesto.com y Horrillo ficha por el Quick Step belga

Carlos Arribas

Ayer cada uno llegó por su lado, pero no es lo normal porque son la pareja perfecta. Sin embargo, en su relación se cruzó un puerto de primera, que, precedido por una caída de Pedro Horrillo el primer domingo de agosto y de un mes de escasa bicicleta, dejó al de Ermua, corto de forma, justo de ánimo y bastante alto de estrés, a un cuarto de hora de Óscar Freire, a quien se le cruzó Cipollini en la llegada y tampoco pudo mostrar su habitual velocidad. Pero no por ello dejan de formar la pareja simbiótica del ciclismo. Freire hace mejor a Horrillo y Horrillo mejora a Freire. O mejoraba. Quizás su historia, una de las más estimulantes del ciclismo español, se acabe ya, después de dos años en el Vitalicio y otros dos en el Mapei: el mercado no atiende a razones deportivo-sentimentales con harto dolor de corazón de los que la sufren.

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La historia es, más o menos, ésta. Quizás impaciente, desesperanzado y apresurado porque veía que la contratación conjunta no se acababa de aclarar (cada día recibía una noticia negativa), Pedro Horrillo, que se ganó un buen cachet en el Tour, atendió, finalmente, el viernes a los repetidos y apremiantes requerimientos de Patrick Lefevère, el belga que está poniendo en marcha el equipo Quick-Step en torno al histórico Johan Museeuw. Lo hizo casi convencido de la imposibilidad de seguir junto a Freire, ya que el casi cerrado contrato de ambos con el CSC-Tiscali, de Bjarne Riis, se había roto definitivamente el mismo viernes. Quizás se precipitó, o eso piensa José Miguel Echávarri, que no es cualquiera y que ya había hablado un par de veces con Horrillo, que le gusta y a quien quiere. '¿Por qué no ha esperado?'

En efecto, Freire, harto de la tradicional informalidad danesa, había roto con el CSC, pero el equipo que deja Jalabert no era la última oportunidad de la pareja. Quedaba la pista española. La puerta del iBanesto.com. 'Necesitamos un ciclista mediático. Necesitamos al español más atractivo. Necesitamos al campeón del mundo. Necesitamos a Freire', repite Echávarri una y otra vez. Hace llegar el mensaje a los directivos del banco, quienes aún no han confirmado la continuidad del patrocinio más allá de diciembre de 2003. Además hay limitaciones presupuestarias. Hay un equipo en el que terminan contrato la mayoría de los corredores. Hay incertidumbre. Así que poco puede hacer. Ningún gran ciclista se inclina hacia una oferta de un año solamente. Freire era, pues, un deseo frustrado, una imposibilidad, pero no imposible. O eso supo Echávarri el viernes. Por la noche. El mensaje le llegó nítido: Freire no sólo ha roto con el CSC sino que, además, lo ha pensado mejor y piensa que no sería un error firmar un contrato de un solo año con un equipo español. El sábado, en el puerto de Valencia, se lanza y se reúne con Antonio Freire, hermano y representante del crack de Torrelavega. La cosa marcha. Las perspectivas no son malas.

El mismo sábado por la tarde Horrillo le dice a Freire que se ha decidido por el Quick-Step. Y nada más decirlo se dio cuenta que quizás debería haber esperado. 'Pero si a lo mejor lo hago con el Banesto', le dice el campeón del mundo. 'Y Echávarri también te quiere a ti conmigo'. Y Echávarri sólo puede decir 'mecachis'. Y todo el mundo se queda un poco triste, aunque quizás no esté todo perdido. Freire también maneja una oferta lejana del Quick Step (y también del ONCE-Eroski, dicen, aunque allí no irá Horrillo).

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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