La cámara introspectiva

La Fnac ha desarrollado en España durante este verano una interesante propuesta cultural (proyectada hacia el próximo otoño/invierno), si se quiere comercial, pero ojalá que la iniciativa privada realizara muchas actividades como ésta, en la que la fotografía es la protagonista: son los Veranos fotográficos de la Fnac. Es una fórmula democratizadora del medio que llena una serie de lagunas que debía atender el sector público y que son, lamentablemente, cuantitativa y cualitativamente, inmensas al respecto. Algunas muestras circularán en sus diferentes centros hasta el otoño, como la del fotógrafo italiano Gianni Berengo, Fotografías, 1953-2000, Fnac Bulevar (Alicante), o A propósito de Walt Whitman, en la Fnac San Agustín (Valencia), de Duane Michals, cuya andadura comienza en septiembre. Una magnífica colección en la que, de nuevo, se manifiestan las estrechas relaciones que sostienen mutuamente literatura y fotografía: como cuando Whitman/Michals recuerdan (caligráfica y fotográficamente) la aparición de 'dos visitantes de Alabama -en realidad, dos aves migratorias incubando sus huevos-, eran cuatro huevos verde pálido tiznados de pardo'. O las citas literarias que hace de la interrelación de ambos géneros Brigitte Ollier al mezclar imagen y texto: 'Soy el poeta del cuerpo, soy el poeta del alma' -quizá la mejor imagen de la narración-.

Sus organizadores, los de esta programación, tampoco prescinden del colorismo narrativo del mejor tipo de reportaje, en clave Life y Paris Match, en la época dorada del fotoperiodismo durante la década de los cincuenta/sesenta del pasado siglo, lo podemos encontrar en Madrid, en la calle de Preciados, realizado por Scarlett Coten (bajo el genérico: Marhab, bienvenido al Sinaí). Y también en Barcelona se presenta una interesante serie de retratos, autorretratos del autor francés Frédéric Vartan Tercian, Para Vartan, en la que sus registros se adentran en lo introspectivo -cámara de por medio- buscando los límites entre la naturaleza filosófica del arte y los elementos primarios de la existencia.

Más retratos; se pueden encontrar en la plaza de Cataluña captados por Willy Maywald, un autor de referencia en la especialidad, no muy conocido -posiblemente por no haber sabido hacer uso de la mercadotecnia- (para mí siempre ha sido una obligada cita académica). Fotografió, entre otros, a personajes de los arquetipos de la sociedad cultural del París de su época -la muestra se denomina Retratos, 1936-1984-, aparecen rostros como los de María Casares, Jacques Prevert, Jacques Tati, Sacha Guitry o Ives Klein.

Pero entre todas las programaciones destacamos la exposición Mondo Cane: una interesante apuesta por lo que -creo que de manera cursi- se denomina valores emergentes, en este caso lo califican más correctamente como nuevos talentos; es la de la fotógrafa argentina Leila Méndez (Buenos Aires, 1973), comisariada por el editor gráfico de El País Semanal Jordi Socías, una serie de imágenes estéticamente resueltas en clave del fotodocumentalismo de última instancia. Tomas que nos muestran la desolación de unos rostros anónimos -de los que tanto ha sabido la fotografía en toda su historia- perfectamente resueltos en sólo 35 instantáneas (Fnac Diagonal Mar, Barcelona; Fnac Callao, Madrid).