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Un deporte prohibido con muchos adeptos

Cada año son más los turistas que optan por disfrutar de sus vacaciones en la playa de forma activa, practicando deportes acuáticos como el ya extendido windsurf u otras modalidades, más nuevas y desconocidas, como el llamado flysurf o kytesurf. Este estilo, muy atractivo a la vista, llegó a las costas españolas hace cuatro años procedente del sur de Francia, de Montpellier, donde empezó a practicarse en 1974, y ya se ha convertido en toda una moda en zonas de la Costa Brava, Levante y Tarifa, el lugar de reunión por excelencia de los amantes del surf en España.

El kytesurf se practica encima de una tabla de surf arrastrada por una cometa que permite navegar al ritmo del viento y las olas, lo cual origina una sensación digna de experimentar. Además, el material es fácil de transportar, como lo es progresar rápidamente en la técnica. Esto comporta que se cuenten por miles las personas de todas las edades que se inician en este mundo cuando llega el buen tiempo.

Este deporte ya cuenta, desde hace un año, con la Asociación Española de Kyte (AEK), con 180 asociados y 12 escuelas, y está integrado en la Federación Española de Vela dentro de la modalidad del windsurf. La asociación ha organizado dos campeonatos en España con gran éxito de participantes. Pero, pese a tratarse de una realidad extendida en todo el litoral mediterráneo, el flysurf está prohibido por el Ministerio de Fomento y Costas en la temporada de baños, que va de junio a septiembre, según indica el Plan de Usos.

En Cataluña, la zona de Sant Pere Pescador ofrece las mejores condiciones para practicar el kytesurf y son muchos los turistas extranjeros, especialmente europeos, que organizan sus vacaciones para venir a navegar y volar con sus cometas.

Martí Bach es propietario de la tienda especializada Ventilador, una de las pioneras en España, y también es portavoz de la AEK en Cataluña. Desde Sant Pere Pescador, Bach explica: 'Los vientos térmicos de marinada y las grandes playas hacen de este lugar un paraíso ideal donde poder practicar'. 'Se trata de un deporte que está en pleno auge y aunque el equipo completo cueste alrededor de 2.000 euros, solamente en 2001 se vendieron 4.000 cometas en todo el país. El problema es que no está regulado y no disponemos de zonas específicas y delimitadas', añade Bach.

De hecho, los enormes carteles situados a la entrada de la playa lo dejan bien claro. 'Prohibida la práctica de flysurf o kytesurf', reza el texto. Además, la zona, cerca de la desembocadura del río Fluvià, pertenece a la Reserva Integral del Parque Natural dels Aiguamolls de l'Empordà, y esto podría suscitar las quejas de los ecologistas. A pesar de todo, el cielo presenta una imagen multicolor de cientos de cometas que se desplazan en todas las direcciones arrastradas por el viento y ajenas a las prohibiciones.

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La AEK solicita desde hace tiempo la concesión para practicar el flysurf en óptimas condiciones de seguridad y reducir el riesgo que un deporte de estas características implica, tanto para los practicantes como para los bañistas. 'La desinformación sobre el asunto, como ocurrió hace años con el snowboard, comporta que aún no se haya conseguido regularizar' argumenta Martí Bach.

Los aficionados al kyte se han reunido en varias ocasiones con los ayuntamientos de las poblaciones implicadas y con Capitanía Marítima para conseguir permisos. Por el momento, son conscientes de que practican un deporte al margen de la legalidad. Adriana Berón, campeona de España de flysurf, así lo cuenta: 'Tengo primeros avisos de la policía de distintos lugares. Al segundo aviso te confiscan el equipo y te multan; pero no por eso dejaremos de navegar. No se puede negar la existencia del deporte y necesitamos espacios específicos y delimitados y una licencia federativa'.

Este es el caso de Francia, donde el Ministerio de Educación concede titulaciones profesionales y tiene las zonas de práctica reguladas. 'En Francia hay una cultura deportiva muy desarrollada, no como en España. Quienes vienen a esta playa nos conocen, saben que actuamos con responsabilidad, y por eso no hemos tenido enfrentamientos con los bañistas ni se ha producido ningún accidente grave. Pero es necesaria una educación general sobre el asunto', apunta Adriana.

Martí Bach asegura: 'La culpa de que esté prohibido es de todos, sería una tranquilidad avanzar en esta situación que, además, beneficiaría los sectores turísticos de la zona porque hay mucho turismo especializado que no se arriesga a venir por la prohibición'. De estar permitido, este deporte sería una importante fuente de ingresos para la Costa Brava, como ya intuyen muchos hoteles y establecimientos.

Las autoridades competentes, tanto locales como estatales, se muestran claras en la prohibición del kytesurf, pero en la práctica es difícil hacerla cumplir. De momento, se está a la espera de que se redacte una normativa comunitaria, aún en fase de estudio, que regulará a los profesionales, las empresas y la enseñanza de los deportes de aventura en toda Europa, incluido el kyte. Quizá este sea el primer paso para que el flysurf pase a ser un deporte acuático más, regulado y fuera de toda polémica. Mientras tanto, no dejarán de volar cometas ni en Sant Pere Pescador ni en otros muchos lugares del litoral.

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Bañistas preparándose para practicar flysurf, ayer, en la playa de Can Comas, en Sant Martí d'Empúries.MARCEL.LÍ SÀENZ

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