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El PP se convierte en la segunda fuerza más votada por los obreros

La clase obrera ya no es lo que era, tampoco en Cataluña. El Partido Popular (PP) se ha convertido en la segunda opción preferida por los trabajadores y obreros catalanes, según los sondeos del Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS). Los estudios anuales de este centro adscrito a la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) muestran el progresivo crecimiento del apoyo al PP entre esta franja del electorado, tradicionalmente el principal bastión de la izquierda, durante la década de 1990.

En 1989, sólo el 4% de los obreros catalanes confesó haber votado al PP en las elecciones generales de aquel año, lo cual situaba a este partido muy lejos del Partit dels Socialistes (PSC), Iniciativa per Catalunya (IC) -el sucesor del comunista PSUC- y Convergència i Unió (CiU). Pero 11 años más tarde, el salto electoral que llevó al PP a la mayoría absoluta en España se cimentó también en parte en un crecimiento entre las clases trabajadoras catalanas: el 16% de los obreros votó al PP en los comicios de 2000, lo que le situó por primera vez como el segundo partido entre los trabajadores.

En Cataluña no existe ningún equivalente al Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) -el Gobierno catalán encarga sus encuestas sin ningún plan global y no hace pública toda la información que obtiene-, lo cual convierte a los estudios del ICPS prácticamente en el único instrumento disponible para seguir la evolución de los valores y opiniones de los catalanes.

Desde 1989 el ICPS encarga todos los años un estudio con la misma metodología, con muestras que oscilan entre 1.200 y 2.400 entrevistas, y esto permite disponer de una serie amplia también sobre el comportamiento electoral.

De acuerdo con estos datos, el PP fue la única formación que en la década pasada fue ganando en cada elección cuota de representación entre los obreros: obtuvo el 4% de sus sufragios en 1989, el 5% en 1993, ascendió hasta el 9% en 1996 -las elecciones que llevaron al Gobierno a José María Aznar- y prácticamente duplicó esta cuota en 1996, cuando encabezado por Josep Piqué sumó la adhesión del 16% de los trabajadores catalanes.

Además, el PP fue mejorando en cada comicio su situación relativa en comparación con el resto de partidos: en 1993 se encontraba en el furgón de cola junto a Esquerra Republicana (ERC), pero en 1996 avanzó a Iniciativa per Catalunya-Verds (9% frente al 8%) y en las últimas elecciones celebradas pasó por delante de Convergència i Unió (CiU) y triplicó la adhesión recogida por Iniciativa entre los trabajadores.

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El primer partido en esta franja del electorado ha sido invariablemente el Partit dels Socialistes (PSC), que en Cataluña ha vencido sucesivamente en todos los comicios generales de la democracia. En 1996 consiguió el apoyo récord del 37% de los trabajadores catalanes -Cataluña fue en estas elecciones el gran bastión de los socialistas, lo que dulcificó su primera derrota en España desde 1982-. No obstante, en 2000 el PSC se quedó sólo en el 26% y superó al PP únicamente en 10 puntos entre los trabajadores. Además, en estas últimas elecciones, los obreros que se abstuvieron superaron por primera vez a los que respaldaron a los socialistas: el 30% de los encuestados admite que optó por la abstención.

El grado de apoyo cosechado por el PP de Cataluña en las municipales y autonómicas entre los trabajadores es menor: el 8% y el 7%, respectivamente, en los comicios de 1999, según las mismas encuestas. Pero los expertos coinciden en señalar que las elecciones generales son las que reflejan con más precisión el voto ideológico de los ciudadanos. Además, las encuestas del ICPS aportan todavía otro indicador que coincide en retratar la misma evolución y que sitúa al PP como el segundo partido entre los trabajadores en Cataluña: a la pregunta de cuál es el partido por el que tienen más simpatía o está más próximo a sus ideas, el PP alcanza en el sondeo de 2000 por primera vez la segunda posición entre los trabajadores, con el 13%. El 28% dice identificarse con el PSC; el 10% con CiU, el 8% con ERC y el 5% con Iniciativa o Esquerra Unida. El 33% contesta que ningún partido es próximo a sus ideas.

La evolución temporal de las respuestas a esta pregunta sigue el mismo patrón que el voto declarado en las elecciones generales: en la primera mitad de la década de 1990, el PP se sitúa como una opción marginal entre los trabajadores, pero tras la llegada de Aznar al Gobierno alcanza y supera a IC -que atraviesa además una profunda crisis por la ruptura con IU y su propia escisión- y en 2000 adelanta por primera vez a CiU y se sitúa en segundo lugar.

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