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DEBATE

Artistas y gestores discuten por qué caen las hogueras en Alicante

El desplome del monumento oficial reaviva la polémica

Reflexión para los constructores de hogueras, pero también para el Ayuntamiento, cuyos gestores se autoexculpan de responsabilidad como si fueran supervivientes indemnes de un fuego que sólo ha devastado, de momento, al artista Pedro Soriano, quien, en un alarde de sinceridad, asume el error. Aunque pocos se atreven a admitirlo, el Ayuntamiento es tanto o más responsable que el constructor y que la Comisión Gestora de Les Fogueres, el órgano rector de las fiestas de Alicante. Para qué si no sirve la comisión de seguimiento de las hogueras que preside el concejal de Fiestas, Andrés Llorens. Por qué el ingeniero municipal adscrito a tal comisión dio el visto bueno a la plantà de Reflexiones, una obra que su propio autor había calificado de 'arriesgada'.

Pese a entonar su culpa y pedir excusas, Soriano habla de 'accidente'. Y al final de su conversación con El PAÍS también se lamenta de su mala suerte. Le cuesta explicar la causa de la caída de su monumento. 'En el interior de la caja donde se introducía el remate [de la hoguera] había algo interno, como un tope que impedía el engarce'. Aún así, Reflexiones aguantó la verticalidad durante tres días.

Soriano habla mucho; parece una de esas personas que suelta a borbotones todo lo que piensa y luego se arrepiente de sus palabras. 'Creo que fue un sabotaje, porque ese tope no tendría que estar ahí [...], bueno no, seguro que no fue un sabotaje'. Habla mucho y arriesga demasiado. 'El atrevimiento es una de las características de mi obra, y el riesgo, a veces, se paga'. Y otras te encumbra, porque las obras de Soriano, siempre construidas al límite, le han dado muchos premios.

El debate de la seguridad en los monumentos apenas despierta interés en el artista, algo común en el gremio. Es como si estos artesanos desafiaran a la gravedad con una fórmula mágica que hace las veces del cálculo matemático de una estructura. Y el caso es que casi siempre consiguen aguantar la verticalidad de sus obras, aunque quedan al arbitrio de su principal enemigo, el viento, de tal suerte que la hoguera, además de efímera se alza inconsistente. 'Lo que sí voy a hacer a partir de ahora es asesorarme mejor', confiesa Soriano. El autor de Reflexiones se considera vilipendiado. Recuerda el caso del constructor valenciano Octavio Vicent, medalla de oro nacional de escultura, 'a quien se le cayó la falla oficial y volvió a ser contratatado al año siguiente por el Ayuntamiento'. 'A mí me han multado y algunos compañeros me han hecho una cerdada', se lamenta.

El concejal de Fiestas, Andrés Llorens, intenta quitar hierro al fiasco de Reflexiones y a la posible responsabilidad municipal en la caída del monumento. 'Soriano obtuvo el contrato por unanimidad y en las dos visitas que realizó la comisión de seguimiento al taller del artista nadie apreció nada anormal en la obra'. 'Era arriesgada, vale, pero no hay que olvidar que se trata de trabajos artesanos'. Para definir lo ocurrido, Llorens se inclina por el accidente o el error del artista, y destierra la palabra imprudencia.

Cuando se constató que la obra se caía, el alcalde, Luis Díaz Alperi, adoptó un decisión insólita: comenzar la cremà de los monumentos desperdigados por toda la ciudad en la hoguera ganadora de categoría especial, la de Carolinas Altas. Díaz Alperi no comenzó con buen pie su primer mandato. El 24 de junio de 1995, nada más estrenarse en el cargo, tuvo que bajar del balcón del Ayuntamiento a la plaza para calmar los ánimos de la gente, que protestaba porque no había forma de prender la hoguera. Ahora, en su último año de mandato, la hoguera se vino abajo.

El fiasco de la hoguera oficial de 2002 desató una riada de criticas contra el artista y el Ayuntamiento. El primero en salir a la palestra fue el presidente del Gremio de Artistas, Pascual Domínguez, que votó en contra de la adjudicación, extremo que contradice la versión del concejal de fiestas. Para Domínguez la propuesta de Soriano era demasiado arriesgada. Según él, el monumento, si superaba la plantà, caería al menor soplo de viento. Los hechos casi le dan la razón en todos sus extremos.

Las críticas del Gremio de Artistas no fueron bien encajadas por el alcalde. Díaz Alperi aseguró que le hacía 'mucha gracia' que constructores que han pasado por el mismo trance que Soriano, es decir, autores de monumentos caídos a tierra antes de la noche de la cremà, utilicen el desplome de la hoguera oficial de 'manera interesada'.

Reflexiones no es la primera hoguera con problemas. En esta última edición de Les Fogueres el monumento del barrio de Tómbola se cayó, y en 2000 se desplomó una gran hoguera de Paco Juan, la de Carolinas Altas.

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